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General se retira discretamente

Salpicado por el escándalo de abusos en prisión iraquí

El exjefe de las fuerzas de Estados Unidos en Iraq, Ricardo Sánchez, asistió ayer a una discreta ceremonia de adiós antes de abandonar el país, después de un año difícil combatiendo la guerrilla, durante el cual se vio salpicado por el escándalo de las torturas a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib.
El general Ricardo Sánchez, reemplazado por el general George Casey después del escándalo de las torturas contra prisioneros iraquíes, se mantenía al lado de su sucesor en una ceremonia en honor a las tropas que él mismo comandó.
Sánchez indicó que la ceremonia, que se llevó a cabo en un palacio que perteneció al presidente derrocado iraquí Sadam Husein, era su último acto antes de viajar ayer mismo a Estados Unidos.
El general Sánchez prefirió resaltar los aspectos positivos de su estadía, enfatizando que el país que abandonaba estaba en mejor estado que cuando llegó, pese a la inestabilidad.
"Soy muy optimista (sobre el futuro de Iraq). Pienso que hubo progresos enormes desde mi llegada hace 14 meses".
“La calidad de vida, las libertades de las que goza el pueblo. Es incomparable. Es un país soberano que tiene sus propias fuerzas de seguridad y sus dirigentes políticos”, agregó.
Los funcionarios estadounidenses insistieron en que el reemplazo del general Sánchez era una simple rotación y que no tenía nada que ver con el escándalo de las torturas sufridas por los detenidos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib.
No obstante, el papel del general Sánchez en Iraq es blanco de cuestionamientos e investigaciones que se realizan en Washington para saber si la cadena de mando había autorizado estas torturas y cuándo fue informado por primera vez sobre estas prácticas.
Después de haber dado su testimonio ante el Senado en mayo, Sánchez podría ser interrogado por los abogados de dos soldados acusados de brutalidad y humillación de los detenidos en Iraq.
Al ser consultado sobre el escándalo, luego del traspaso del poder el jueves al general Casey, Sánchez afirmó: “Ustedes van a ver lo mejor de la democracia. Será muy claro para el mundo que nosotros somos respetuosos de la justicia y que tratamos a las personas con dignidad, humanidad y respeto”, subrayó.
Intensos combates
El impacto del escándalo de Abu Ghraib es grande, admitió, no sin antes agregar que “las acciones realizadas por la coalición y Estados Unidos eran las que había que hacer en Iraq”.
“No creo que jamás hubiéramos pensado que nuestros soldados iban a tener que seguir combatiendo un año después” de la toma de Bagdad, en abril del 2003, declaró el general en una entrevista con el diario francés Le Figaro .
Sobre la naturaleza del enemigo de las fuerzas norteamericanas, el general indicó: “Hay un verdadero componente terrorista. Pero eso no quiere decir que debemos concentrarnos en la eliminación de un individuo como el jordano Abu Mussab al-Zarqaui”, ligado a la red al-Qaeda.
Sánchez, de 52 años y originario de Texas, retomará su comando del quinto cuerpo del ejército en Alemania.

  • POR AFP.
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