Por Mónica Medel
México, 1 ene (EFE).- La adaptación de las reglas de origen a los tiempos y coyunturas es el nuevo camino que han empezado a andar México, EEEU y Canadá para profundizar su intercambio comercial y mejorar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El acuerdo, en vigor desde el 1 de enero de 1994, es netamente de apertura de mercados, por lo que aspectos sociales no están incluidos.
La penúltima gran escala en el proceso de desgravación se dio el año pasado con la liberalización del comercio de autos nuevos y computadores usados.
En 2005 se continuará con la apertura gradual, que en 2008 prevé constituir la mayor área de libre comercio del mundo, con un mercado de 420 millones de personas.
Ese año ocurrirá la última gran desgravación, que para México significará terminar la liberalización de productos agropecuarios sensibles, como el maíz y el fríjol, el jugo de naranja y la leche en polvo, considerados estratégicos para la dieta de los 105 millones de mexicanos.
Aunque ya no quedan fechas clave hasta 2008, todavía hay aspectos del tratado que pueden mejorarse y esas son precisamente las reglas de origen.
"El TLCAN ha sido un buen acuerdo para México a pesar de la problemática que se ha levantado (...), lo que hay que hacer es renovarlo", señaló a EFE el director general de Política Comercial de la Secretaría de Economía, José Guadalupe Sáenz.
La manera es hacer adecuaciones al avance de la tecnología y la coyuntura para no quedarse desfasados y facilitar la inversión, ya que el tratado "no es estático", destacó.
"Las reglas de origen determinan qué productos van a tener preferencias y tienen que adecuarse constantemente porque los procesos productivos cambian", explicó.
Para ello, funcionarios de los tres países ya acordaron un "primer paquete" de modificaciones a las reglas de origen de bienes como el curry, altavoces, partes de maquinaria y productos electrónicos, así como de los electrodomésticos.
El objetivo es dar flexibilidad en la utilización de insumos externos a la región para incrementar la competitividad de ciertos sectores.
Sáenz detalló que, en el caso de los electrodomésticos menores, "se ha tenido el problema de desinversión".
"Se han ido a China, queremos establecer sinergias con China que nos permitan retornar las inversiones y enviar el producto al mercado nacional", dijo.
Aunque este primer paquete de modificaciones ya está listo -en noviembre pasado fue enviado al Senado mexicano-, la discusión del presupuesto para 2005 empantanó su tramitación y la aplazó al próximo período de sesiones, que inicia en febrero.
Las autoridades de los tres países, en tanto ya trabajan en el segundo paquete de modificaciones que será propuesto a las otras partes en mayo para, posteriormente, entregarlo al Senado en septiembre para su aprobación.
México tiene su proposición respecto de bienes como el cobre, televisores con nuevas tecnologías y algunos textiles con insumos fuera de la región, además de productos de pesca.
También realiza consultas con el sector productivo sobre posibles cambios en los sectores automotriz, tanto en partes como en vehículos, y del calzado.
"Hicimos un análisis con los productores de partes y tracto-camiones. (Se concluyó) que no iba a traer ningún beneficio y que no era necesario cambiar la metodología para calcular la regla de origen", dijo.
Pero EEUU y Canadá, sus socios, quieren cambiarla, aunque México insiste en que de hacerlo significará "costos extra" para los mexicanos.
Un caso parecido es el del calzado, en el que EEUU quiere una regla más flexible y el gobierno de México estima que "modificarla es lo más pertinente" ya que permitiría "relanzar el sector en ese país".
Pero en la industria local hay matices, ya que algunos productores temen que se pueda dar una triangulación que distorsione el mercado.
Aunque no es un tema propiamente del TLCAN, el Parlamento mexicano aprobó el cobro de derechos a las importaciones de una serie de productos agropecuarios, entre ellos la carne y los animales vivos, que comenzará a aplicarse a partir de hoy.
El director general de Política Comercial señaló que se trabajó con los legisladores para que la medida estuviese en concordancia con los tratados internacionales suscritos por México y no se erigiera como una medida arancelaria. EFE
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