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Portero se refugió en el silencio

Santa Cruz, Guanacaste. El guardameta de Fusión-Tibás, Rodolfo Bobby Álvarez, abandonó ayer la cancha del estadio Cacique Diriá cabizbajo y con la tristeza marcándole el rostro.
Luego del último pitazo, el portero aprovechó la cercanía de los vestidores para salir raudo, como si tratara de olvidar cuanto antes una tarde ingrata para él.
En la segunda anotación el tibaseño dejó escapar una pelota que parecía inofensiva, tras un remate débil y manejable del colombiano Jaber Álvarez.
La acción, que parecía rutinaria, acabó en el fondo del marco debido a que la redonda se le escapó de las manos al arquero.
Para colmo de la mala suerte, el tercer gol encontró a Bobby adelantado y, por esa razón, le resultó imposible detener el "globito" que le mandó Jeffry Murillo.
"No, no quiero hablar", se limitó a decir Álvarez luego de que finalizara el partido.
El delantero de Tibás Luis Guillermo Campos liberó de responsabilidad al guardameta, pero reconoció que el resultado adverso representa un "golpe psicológico".
"Las condiciones en la cancha se presentaron igual para los dos equipos, no hubo ventaja para nadie. La culpa de los goles no fue de Rodolfo, todos somos responsables", declaró Campos.
Esperanza. El veterano Roy Myers aseguró que confía en la posibilidad de voltear el marcador, porque Fusión conoce perfectamente cómo actuar en la cancha sintética del estadio Ricardo Saprissa.
"Ellos tienen un marcador favorable, pero esto no está definido. Nosotros mismos nos perjudicamos, pero creo que influyó el estado de la cancha. En nuestra sede creo que será más fácil actuar con un mayor dinamismo y concentración", manifestó Myers.
Su compañero Jonathan Pizarro explicó que nunca pudieron quitarle el control de la pelota a los santacruceños, quienes lograron cerrar por completo todas las rutas hacia la portería.

  • POR Oliver Pérez
  • Deportes
Ricardo Saprissa
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