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Revelan 'radiografía' del virus papiloma humano en Guanacaste

Infección con el virus puede desencadenar el cáncer de cérvix La investigación señala los tipos de virus más comunes en la provincia

En un estudio sin precedentes, que ha durado más de una década en culminarse, un grupo de investigadores costarricenses y estadounidenses dan a conocer hoy una 'radiografía' detallada de cómo el virus del papiloma humano -agente responsable del cáncer de cérvix- se comporta dentro de la población guanacasteca.
La investigación ha revelado que la prevalencia del virus en la provincia es alta pues el 26,4% de las mujeres estudiadas presentan la infección; de ellas, el 13,7% son portadoras de alguno de los tipos de virus oncogénicos -los que pueden desencadenar el cáncer-.
El estudio arrancó en 1993 cuando se empezó a realizar exámenes de Papanicolaou y obtener muestras de tejido de 8.514 guanacastecas, todas mayores de edad y sexualmente activas.
Esas muestras fueron sometidas a análisis genéticos (acción en cadena de polimerasa) para determinar si había presencia de cualquiera de los 40 tipos de virus de papiloma humano que afectan los genitales.
La meta alcanzada por los investigadores fue determinar cuáles virus afectan a la población, cuál es su prevalencia por grupo de edad, cuáles factores de riesgo se asocian con el contagio y tratar de explicar por qué algunas mujeres logran eliminar la infección, mientras que otras -menos del 2%- desarrollan un cáncer.
El estudio se publica hoy en The Journal of Infectious Diseases. La investigación se enmarca en el Proyecto Epidemiológico Guanacaste (PEG), una investigación que evalúa una vacuna contra el cáncer del cuello del útero en esa provincia.
Rolando Herrero, quien es el director del PEG, y Philip E. Castle, del Instituto de Cáncer de los Estados Unidos, son los autores principales del estudio.
Historia de una infección. Esta gran 'radiografía' de la infección por el virus del papiloma humano en la población guanacasteca permite a los investigadores ver cómo y cuándo se da el contagio, así como cuál es su evolución.
El estudio incluyó mujeres con edades entre los 18 y los 95 años. Los resultados revelan que el mayor pico de infección por cualquier tipo de virus se da en mujeres menores de 25 años. "Son mujeres que acaban de iniciarse en las relaciones sexuales y adquieren la infección", explica Herrero.
Con el paso de un lustro, se observa que hay una gran caída en los niveles de infección. Esto es reflejo de que el cuerpo logra combatir la infección y vencerla.
No obstante, después de los 55 años se observa un repunte en la infección. Esto podría deberse a una nueva infección con el virus, pero Herrero se inclina más hacia la hipótesis de que se trata de un resurgimiento del virus ante unas defensas disminuidas por la edad en el organismo de la mujer.
Además de observar cómo se comporta la infección en los grupos de edades, el estudio también reveló los factores de riesgo están asociados a contraer el virus.
Aquellas mujeres que han tenido más de un compañero sexual son más propensas a portar el virus. Las que son casadas y viven todo el año junto a su esposo corren menos riesgo que las solteras o aquellas que permanecen lejos de su cónyuge.
El uso del preservativo reduce el riesgo de contagio en un 30%, mientras que el nivel de educación, el número de embarazos o la frecuencia de las relaciones sexuales no aumenta ni disminuye el riesgo de contagio.
Además, aquellas mujeres que están contagiadas con más de una variedad del virus del papiloma humano aumentan su riesgo de desarrollar cáncer. El estudio determinó que el 31% de las guanacastecas que están infectadas, presentan infecciones múltiples.
Hacia una vacuna. La información recabada en esta investigación es vital para poder desarrollar un plan que disminuya la presencia del virus y el cáncer del cuello del útero en Guanacaste.
El estudio reveló que los virus oncogénicos 16, 58 y 51 son los más comunes en la región. "Una vacuna para la población guanacasteca debería atacar estos tipos", señala el análisis.
Actualmente, las vacunas que se están ensayando en el mundo incluyen en su formulación los virus oncogénicos 16 y 18. Para tener más eficacia en la población guanacasteca, sería necesario desarrollar una vacuna que atacara también al virus 58 y 51, concluye la investigación.

  • POR Debbie Ponchner / dponchner@nacion.com
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