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Sospechosos tenían vida normal

Leeds, Inglaterra. AP. Dos veces por semana, Shahzad Tanweer, de 22 años, se reunía con sus amigos para jugar al futbol. Otros días practicaba su deporte preferido, el cricket, común a Pakistán y Gran Bretaña, sus dos patrias.
Hasib Hussain, de 19, era conocido en Leeds, en el norte de Inglaterra, como un joven seductor y mujeriego que llevaba una melena larga, la cual, según un amigo, caía como una cortina sobre su cuerpo flaco.
El mayor de los tres, Mohammed Sidique Khan, de 30 años, era consejero en un centro juvenil y pasaba más tiempo en el gimnasio que en la mezquita.
Estas imágenes y recuerdos de jóvenes inteligentes marcan un agudo contraste con los retratos penosos que pinta la Policía: los de hombres británicos de origen pakistaní unidos por el extremismo islámico que la semana pasada llevaron a cabo los ataques suicidas del 7 de julio que dejaron al menos 52 muertos y 700 heridos.
"Era un tipo normal. Solíamos beber Coca Cola y Fanta. Jugaba en mi equipo", dijo un amigo de Tanweer, que se identificó como Saj, en Leeds, unos 300 kilómetros al norte de Londres .
"Era callado, era religioso, iba a todas las mezquitas de aquí. Hay muchas mezquitas aquí", dijo Saj.
La Policía no ha confirmado públicamente la identidad de los sospechosos, pero sus vidas y los móviles que aparentemente los impulsaron a la violencia son el tema de discusión en Leeds.
Tanweer pasó toda su vida en el barrio de Beeston de Leeds, una ciudad industrial donde conviven comunidades de irlandeses y judíos, indios e indios occidentales.
El padre de Tanweer, Mohammed Mumtaz Tanweer, nació en Pakistán y tiene un negocio de pescado con papas fritas, el más típico de los platos ingleses.
Su tío, Bashir Ahmed, de 65 años, dijo que la familia estaba destruida. "No fue él. Seguramente hubo fuerzas detrás de él.
Hussain, acusado de perpetrar el ataque suicida que cobró 13 vidas en un autobús, era conocido por su sentido del humor y su elegancia. Llevaba lentes de contacto celestes y se dejaba el pelo largo, que "caía como una cortina sobre su cabeza", dijo un amigo que se identificó como G.
Según algunos informes, Hussain se volvió muy religioso hace dos años, pero nunca abandonó a sus amigos de infancia por juntarse con extremistas.

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