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Berlín. EFE. La izquierda del Partido Socialdemócrata (SPD) dio un manotazo a su presidente, Franz Müntefering, al imponer como secretaria general a Andreas Nahles y precipitar la retirada del "soldado" de Gerhard Schroeder y, hasta ayer, hombre clave en el futuro gobierno de la conservadora Ángela Merkel.
Nahles logró su designación, pese al rechazo de los enemigos declarados Müntefering y el aún canciller, y colocó al partido ante una grave crisis de liderazgo y dirección, difícil de conjugar con la formación de un Gobierno de gran coalición entre conservadores y socialdemócratas.
La asamblea del SPD dio a la representante de izquierda 23 votos, frente a 14 para el aspirante leal a Müntefering, Kajo Wasserhoevel.
A Müntefering no le quedaba otro remedio que hacer lo que hizo: anunciar que no se presentaría a su reelección, que se daba por hecha, ante el congreso de los próximos días 14 y 15, en Karlsruhe, y en el que se someterá, además, a votación la formación de una gran coalición con Merkel como canciller.
Müntefering debía convertirse en segundo del nuevo Gobierno, con los cargos de vicecanciller y ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, pero dejó en el aire su participación y dijo que eso se decidirá tras el congreso de su partido.
De acuerdo con su estilo conciliador, el todavía líder del SPD deseó a Nahles muchos éxitos en su futura función, pero dijo que bajo estas condiciones no puede seguir al frente de la formación.
"La votación ha sido demasiado clara", dijo Müntefering, quien añadió que seguiría al frente de las negociaciones con los conservadores de Merkel, pero dejó en el aire si pertenecerá o no al gobierno.
La victoria de Nahles, al margen de la crisis de liderazgo del SPD, se interpreta como una señal de advertencia en dirección a esa futura gran coalición bajo liderazgo conservador.
Merkel prevé someterse a su elección ante el Parlamento como canciller el 22 de noviembre, después de sendos congresos del SPD y de la CDU.
Nahles y el resto del ala izquierda socialdemócrata han mostrado claramente sus recelos ante Merkel, a la que consideran representante de la política de "frialdad social".
Merkel deberá cruzar los dedos a la espera de ver qué consecuencias tiene para la formación de su gobierno la crisis en el SPD.
Ni Merkel ni el presidente del SPD, Müntefering, tiraron esta noche la toalla en las negociaciones para la formación de un gobierno de gran coalición, pero esta da la sensación de que nacerá coja, incluso antes de que se haya formalizado su constitución.
Müntefering dijo que existe una "fuerte voluntad" común, tanto de sus filas como de las conservadoras, para la formación de un gobierno de coalición.
"Donde hay deseo también hay un camino", dijo Merkel.
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