Herzogenaurach (Alemania), 1 jun (EFE).- El balón quedó al margen de la primera sesión de entrenamiento que la selección de Argentina efectuó en Alemania, en las instalaciones de Adi Dassler Sportsplatz, el lugar de entrenamiento elegido por el conjunto sudamericano, apartado por unos kilómetros del hotel en el que se aloja el equipo.
"Seguro que el entrenamiento de mañana es otra cosa y empezará a clarificar las cosas", apuntó el centrocampista del Atlético de Madrid Maxi Rodríguez, feliz por el ambiente que rodea al equipo. "El espíritu de este equipo es excelente".
Más de cien seguidores presenciaron la sesión preparatoria de Argentina. Puede haber sido una oportunidad única. Porque no se prevé que muchas más sesiones sean públicas. De hecho, el entrenamiento de mañana viernes ya ha sido dispuesto a puerta cerrada.
La jornada no fue dura con los futbolistas, que llenaron el tiempo de entrenamiento con ejercicios de estiramiento y carrera continua para hacer frente al frío entrometido en el verano de Alemania central. Con temperaturas próximas a los 7 grados centígrados.
Los jugadores escucharon gritos de aliento por parte de los seguidores, que proporcionaron calor a sus futbolistas.
El seleccionador José Pekerman excluyó a los lesionados. Parece tener pocas dudas el técnico de cara al choque de apertura del Grupo C, contra Costa de Marfil, en Hamburgo. Después vendrán Serbia y Montenegro y Holanda. Es el cuarteto más equilibrado de los repartidos en la primera fase del torneo.
Si acaso, una de las incógnitas, precisamente, es la continuidad en el once titular del propio Maxi Rodríguez. Marcó un tanto el atlético en el choque contra Angola el pasado martes.
Pero el Mundial espera a Lionel Messi, de dieciocho años. Una de las grandes expectativas del Campeonato. Se recupera de una lesión en el muslo, heredada del fin de curso con el Barcelona. Reapareció contra el bloque angoleño. Salió del banquillo para jugar media hora.
También se espera que Gabriel Heinze esté disponible para el estreno a pesar de sus dolencias en la rodilla que le han llevado a maltraer en la temporada con el Manchester. Presumiblemente estará al lado de Roberto Ayala, Juan Pablo Sorín y Nicolás Burdisso, en la zaga argentina.
En el cuartel general instalado en la ciudad de Herzogenaurach, una tranquila ciudad de 23.000 vecinos, se trabaja a marchas forzadas por la puesta a punto del cuadro sudamericano.
Hay muchos ojos pendientes en grandes reclamos para el torneo. Uno de ellos es Juan Román Riquelme, líder en el centro del campo. Cerebro y especialista en los golpes franco. Si está en el campo, Argentina puede acaparar la posesión del juego. Con Esteban Cambiasso, Javier Mascherano y Maxi o Messi como compañía. Sin descartar al valencianista Pablo Aimar. Otro de los que cuentan.
"He crecido mucho y sé lo que esperan de mí y del equipo", dijo Riquelme.
Ha adquirido sabiduría el centrocampista en este año en España. Acelerada por la presencia de su equipo, el Villarreal, en la Liga de Campeones, donde llegó hasta semifinales antes de ser eliminado por el Arsenal.
La situación de otros futbolistas otrora básicos está acompañada de cierta incertidumbre y de algunas expectativas. Es el caso de Hernán Crespo y Javier Saviola.
"Me siento bien porque esto es un equipo. No hay ninguna estrella que destaque", apuntó Crespo. "Tenemos cantidad y calidad y eso nos da confianza. A nuestro equipo le gusta controlar la pelota. Y hemos ganado en confianza. No jugaremos con la presión de otras veces", añadió.
La jornada devolvió la tranquilidad al equipo, que padeció cierto agitación por la muerte del padre del defensa Leandro Cufré después de una larga enfermedad. Toda la expedición apoyó a su compañero. Aún se desconoce si el futbolista permanecerá en el equipo o se marchará para acudir al entierro. EFE
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