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En 1969, la industria del cine estadounidense estrenó la película Butch Cassidy and the Sundance Kid, que trataba de dos ladrones que robaban trenes en el Medio Oeste y lideraban una pandilla denominada The Hole in The Wall Gang(en español Pandilla Hueco en La Pared), precisamente por usar como escondite una montaña con un hueco en una pared, desde la cual controlaban sus operaciones. Los actores que interpretaron a los miembros de la pandilla (Butch y Sundance) eran Paul Newman y Robert Redford.
Inspirado en la película, Paul Newman tuvo un sueño y fundó el primer campamento para niños gravemente enfermos en Ashford, Connecticut, en 1998, y los llamó El Hueco en la Pared.A primera vista, los campamentos parecen los tradicionales de verano: hay natación, pesca, paseos en bote con remos, equitación, manualidades, cantos y una amplia variedad de actividades y shows de muestra de talentos. Sin embargo, si se observa con cuidado, se ve que estos campamentos están diseñados para servir a niños que padecen más de 30 grupos de enfermedades, entre ellas cáncer, sida, hemofilia, leucemia y fibrosis quística. La idea es devolver a los niños enfermos, que han sido privados de parte de su niñez, la alegría de vivir, ayudarles a recuperar un sentido de autoestima y de éxito, sin importar su enfermedad o discapacidad. Los niños aprenden lo que pueden hacer, no lo que no pueden hacer. Allí viven un ambiente de apoyo y camaradería con otros compañeros. Llegan con entusiasmo y se van con un sentido de logro y una sensación de control sobre sus propias vidas.
Alegría, color y calor. Para lograr los objetivos mencionados, cada campamento cuenta con lo último en instalaciones médicas y avances tecnológicos para atender a cabalidad todas las necesidades que pueda requerir el cuidado de cada enfermedad, las 24 horas del día. Así, cada campamento cuenta con una clínica equipada con personal médico altamente especializado. Pero no son clínicas comunes, no son las frías clínicas de hospital, sino más bien lugares alegres, llenos de color, juguetes y calor humano, donde a los niños realmente les gusta ir, sin miedo, convirtiendo en experiencias únicas las temporadas que pasan ahí.
Cada uno de los 10 campamentos que existen hoy es una entidad separada con personalidad propia. Juntos atienden 7.000 niños gravemente enfermos. Es una asociación sin fines de lucro, gobernada por una junta de fiduciarios y con representantes de cada uno de los campamentos individuales. La asociación tiene su sede en New Haven, Connecticut, y todos comparten una creencia: que la risa de los niños es su mejor medicina.
En el mediano plazo, Costa Rica contará con un Hueco en La Pared. Se está trabajando en hacer de este lindo proyecto una realidad.
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