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A partir de hoy y hasta el 14 de agosto las costarricenses Ariane Garnier y Ana Victoria Garro elaborarán y dejarán una obra de arte en Genalguacil, un pueblo español ubicado a 150 kilómetros de Málaga.
Genalguacil es una comunidad de 600 habitantes que cada dos años realiza el Encuentro de Arte del valle del Genal. Este año celebra la octava edición de esta actividad, que comenzó en 1994.
Durante la primera quincena de agosto, artistas de diversas partes del mundo participan en una jornada en que hacen piezas que pasan a formar parte del patrimonio del pueblo.
Tras siete ediciones de los encuentros, Genalguacil se ufana de que sus habitantes viven en un lugar lleno de arte al aire libre y en edificios, por lo cual se promociona como "un museo habitado".
Vestidos frágiles y ásperos. Este año el pueblo tendrá 11 piezas artísticas nuevas entre ellas esculturas, pinturas, instalaciones, videos y algunas fotografías.
Por ejemplo, la artista costarricense Ariane Garnier hará una instalación con su tema más conocido: los vestidos de mujer. Estas prendas sirven a la artista de pretexto para hablar de la mujer, sus luchas, su rol en la sociedad y sus sueños.
"La obra se llamará Ausencia, presencia, ausencia y será un conjunto de vestidos hechos en cedazo. Coseré un vestido casi transparente que habla de la fragilidad y de lo áspero a la vez. Habla de lo que es ser mujer en Latinoamérica, de lo que cuesta liberarnos y del sostén de la familia", dijo Garnier.
Sus vestidos hablarán de mujeres adultas y niñas, de las gordas y de las "acinturadas", de las elegantes y las sencillas. Para esto, Garnier le agregará al cedazo tejidos, seda, hilos, bordados y tul, entre otros elementos.
"Son obras delicadas, que están y no están , que con el tiempo irán cambiando como la propia mujer", comentó.
Lugar para la narración. Por su parte, la artista plástica y narradora Ana Victoria Garro pondrá en el pueblo una gran escultura hecha en concreto y forrada con trocitos de cerámica. La obra se llamará La contadora.
"El contador de cuentos desaparece, no es hombre ni es mujer ni animal; es una cosa, lo que importa es lo que narra. Por ello, mi escultura es como un gran saco de donde salen cabezas, gatos, lagartijas...", expresó Garro.
La obra irá acompañada de un escenario de unos cinco metros que servirá, precisamente, para que los narradores cuenten sus historias.
Es más, cuando la pieza esté lista, la propia Garro inaugurará el espacio con un espectáculo con cuentos costarricenses. Asimismo, ella pretende invitar al escenario a los narradores de Genalguacil que ella descubra y capacite durante estos 15 días.
Ambas creadoras costarricenses ya han hecho obras que han quedado en otro pueblo-museo, ya que tienen piezas en el Museo al Aire Libre de la comunidad de Islita, aquí en Costa Rica.
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