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Afectado por el licor, un vigilante atemorizó a transeúntes en Curridabat (San José) al amenazarlos con una escopeta.
El sujeto encañonó a uno de los policías que acudió a su detención en la noche del lunes. El hombre se apellida Zamorano y decía ser agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El guarda tenía a su cargo el cuidado del residencial Lomas de Curridabat, pero, al parecer, en los últimos días se ausentó de su trabajo, según comentó el oficial Eliécer León.
"La compañía de seguridad estaba preocupada por las armas y por la moto de la empresa que usó", señaló.
La alerta llegó a conocimiento de la Policía pasadas las 7 p. m., cuando el sujeto se presentó ante un almacén fiscal y pidió que le abrieran los portones.
Zamorano conducía la moto y en la manivela portaba la escopeta. En el cinturón cargaba un revólver calibre 38. "Amenazó a otros vigilantes y personas que encontró en la calle", agregó el policía.
Detenido. Una patrulla de la Fuerza Pública dio con Zamorano mientras pasaba frente a las instalaciones de la empresa Café Rey.
Levantó el cañón de la escopeta cuando uno de los policías se acercó. "Dijo que andaba en busca de un amigo. Cuando vio que estaba en desventaja numérica bajó el cañón del arma. Con cuidado nos acercamos para inmovilizarlo", informó el oficial León.
La moto de la empresa de seguridad es una Chituma de matrícula M-133987 y delante presentaba un golpe. El foco delantero estaba quebrado.
Al vigilante le decomisaron el revólver de marca Ranger y la escopeta, que carecía de munición.
El arma pequeña tenía tres balas, dos de ellas percutidas.
Mientras lo detenían, el guarda pidió a los agentes de la Fuerza Pública que lo trataron con cuidado "por ser del OIJ".
Según los policías, Zamorano casi no se sostenía en pie.
Reclamo. Dos horas después del incidente, el jefe de Zamorano -de apellido González- se presentó a la delegación con los documentos de la motocicleta y de las armas.
Empero, el detenido no tenía en su poder el permiso de portación y por eso lo presentaron ante la Fiscalía del Segundo Circuito Judicial (Goicoechea) por una infracción de la ley de armas.
La escopeta y el revólver quedaron en poder de las autoridades en calidad de decomiso.
"Zamorano no llevaba ningún documento, ni siquiera la cédula", expresó León.
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