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El guarda Édgar Humberto Rojas Blanco aprovechó su último aliento para denunciar al hombre que, al parecer, le disparó ayer en una desolada calle de Llano Bonito, comunidad situada unos 30 km al norte de la ciudad de Buenos Aires, en el cantón del mismo nombre.
La información condujo a las autoridades hasta un expolicía de apellido Saldaña, quien desde ayer figura como sospechoso de asesinar al vigilante, de 41 años.
Presuntamente, entre ellos existían rencillas. De acuerdo con voceros del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Rojas tenía a su cargo el cuido de una finca.
Trascendió que desconocidos se llevaron de la propiedad algunos materiales y, presuntamente, el cuidador hizo comentarios sobre ese hecho, en los que salió a relucir el nombre de Saldaña. Esto habría molestado al expolicía.
Encuentro. Ayer a eso de las 8 de la mañana el vigilante y otro hombre se encontraron en un camino. El cuidador conducía un cuadraciclo; el atacante andaba a pie.
No hubo testigos de la agresión. Rojas recibió un disparo en la espalda y cayó a un lado de la vía. El sospechoso del homicidio subió al cuadraciclo y escapó.
Mientras tanto, el cuidador se comunicó por teléfono con un pariente y dio aviso de lo ocurrido.
Édgar Rojas murió mientras era trasladado por la Cruz Roja a la clínica de Buenos Aires.
Una hora más tarde la Fuerza Pública dio con el expolicía en su casa de Llano Bonito, a 1,5 kilómetros de la escuela. Saldaña, quien laboró para el Ministerio de Seguridad Pública entre octubre del 2001 y enero del 2003, se entregó sin ofrecer resistencia. Él labora para una corporación agrícola de la zona.
La víctima era padre de cinco hijos con edades entre los 5 y los 17 años. Vivía frente al templo católico de Llano Bonito.
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