La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) confirmó ayer que un hombre de apellido Navarro, a quien se culpa de asesinar a sus padres, recibió tratamiento en el hospital Nacional Psiquiátrico Manuel Antonio Chapui.
Eso sucedió en al menos dos ocasiones en 1989 y en 1992, de acuerdo con un comunicado de prensa de la Dirección de Comunicación Organizacional, del Departamento de Comunicación de la CCSS.
El sospechoso permaneció, además, "bajo control" de 1993 a 1999 en el hospital San Vicente de Paul, en Heredia.
Navarro también fue atendido por trastornos psiquiátricos en el EBAIS de Los Lagos de Heredia, a unos 500 metros de su casa.
Según la CCSS, incluso en los registros del hospital herediano, “aparecen tres atenciones entre el 26 y el 31 de agosto recién pasado, originadas, según el reporte, en crisis convulsivas”.
Familiares de Navarro, de 44 años, aseguraron que no recibía medicamentos desde hacía tres meses “y eso pudo causarle una crisis que desembocó en el homicidio de sus padres”.
Las víctimas son Marco Tulio Navarro Espinoza, de 78 años, y su esposa, Ana Cecilia Granados Campos, de 65, a quienes mataron la noche del sábado golpeándolos repetidamente con un florero.
El anciano apareció en el baño y su esposa en la cocina.
Navarro, quien al parecer en algunas ocasiones “hablaba incoherencias”, fue detenido en la cochera de la casa. Solo dijo a vecinos que había matado “a mami y a papi”.
Ayer el Juzgado Penal de Heredia dictó contra él seis meses de prisión preventiva y lo encausó por dos homicidios calificados.
Familia defenderá a detenido. “Mi cuñado sufría trastornos mentales y llevaba casi 17 años tomando medicamentos.
“No era violento. El problema fue que en el hospital le suspendieron las medicinas y eso lo afectó mucho. No podía dormir desde hace varias semanas”, afirmó Jimmi Mora Rojas.
Mora, esposo de Marilyn Lucrecia Navarro, una de las dos hermanas del sospechoso, anunció que buscarán asesoría legal para una eventual demanda contra la CCSS.
“A veces decía cosas extrañas, como que lo habían contratado para jugar en el Saprissa, pero mientras tomara las medicinas no molestaba a nadie. Era como un chiquito grande”, añadió.
Por razones ahora bajo investigación, en los centros médicos le suspendieron los medicamentos, de los cuales no fue posible conocer ayer de qué tipo eran ni las cantidades.
“La semana pasada lo llevaron al Chapui y al hospital de Heredia, pero no lo dejaron internado. É l no estaba en sus cinco sentidos y jamás lo dejaremos solo”, reiteró su cuñado.
Vecinos consultados por La Nación aseguraron que Navarro nunca dio problemas en Los Lagos de Heredia Dos, donde vivía desde hace más de 17 años.
“Hacía mandados a su mamá y andaba siempre de buen humor. Dejaron de darle las medicinas y últimamente salía muy poco de la casa”, recordó una vecina, quien pidió no ser identificada.