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Futbol: Infortunio definió vibrante juego

Con un autogol de Ríchard Mahoney, Cartaginés se fue con las manos vacías Alexánder Castro dejó a Cartaginés con 10 hombres desde el minuto 34

Fue de esos juegos que uno no quiere que se acaben. Dos equipos se dedicaron a jugar buen futbol y el resultado agradó a la vista por la velocidad y las constantes emociones en uno y otro marco.
Ni la temprana expulsión de Alexánder Castro hizo bajar la intensidad que le imprimió el equipo visitante, Cartaginés, al que solo el infortunio de un autogol le arrebató un punto que había labrado bien hasta el minuto 71, cuando Ríchard Mahoney batió a su compañero, el sierraleonés Michael Tommy, para darle la victoria a Brujas.
En el Estadio Nacional, los escazuceños ingresaron con la idea de borrar a los brumosos. Para ello inclinaron su juego por la banda izquierda, donde se juntaron el carrilero Roberto Segura, el volante de llegada William Sunsing y el veloz delantero Athin Roper.
Este trío hizo y deshizo. Los centros para la llegada del colombiano Ricardo Steer fueron constantes.
Pero la visita respondió con inteligencia. Bajo la batuta de Berny Solórzano, esgrimió mucha velocidad y constante presión en el mediocampo. Sin embargo, el colombiano Ríchard Valencia más parecía un tránsfuga que un delantero.
Movido. Entonces, el partido resultó trepidante. Jugadas llenas de vértigo se sucedían con rapidez en ambos marcos, lo que gratificó a una pequeña pero bulliciosa clientela, mitad bruja, mitad brumosa.
En el futbol hay veces que el marcador no se abre por caprichos del destino. Ayer fue un caso típico, pues ambos conjuntos realizaron suficiente méritos para abrir la pizarra, pero tanto Tommy como Álvaro Mesén, los postes, el travesaño y una que otra pierna impidieron abrir el cerrojo.
A los 34 minutos, Alexánder Castro fue expulsado por doble amonestación y en las gradas se pensó que Cartaginés sería presa fácil por la inferioridad numérica.
Nos equivocamos. Rónald Mora supo "reinventar" su equipo y la ausencia de Castro ni se notó, pues se mantuvo la intensidad y los ataques constantes en ambos lados.
En uno de esos ataques relámpago, Brujas arremetió con toda su furia y, tras constantes remates, Ríchard Mahoney incurrió en autogol al tratar de despejar.
Merecido triunfo de Brujas, pero si el empate hubiese prevalecido, sin duda se escribiría que Cartaginés se llevó el punto con justicia.

  • POR Harold Leandro C. / hleandro@nacion.com
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