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Cuando vi el Rey Lear , presentada en inglés por la Compañía TNT en Alemania, quedé impresionado con el poder emocional y la habilidad de comunicación del grupo en una puesta en escena difícil de comprender y más difícil aún de presentar al público. Me enteré de que la meta de TNT es presentar buen teatro, obras clásicas en lugares no tradicionales, a públicos que normalmente no tendrían acceso a ellas y pensé que era ideal invitarla a Costa Rica.
Por eso patrociné la reciente presentación en el país, que no agradó al crítico Andrés Sáenz.
Por más de 20 años, TNT ha cosechado éxitos en España, la antigua Alemania Oriental, Singapur, China y Croacia, entre otros sitios, y ha actuado en castillos, colegios, centros comunales, cárceles y teatros de todo tamaño.
Saben "llegar". Su técnica es muy dinámica, con escenarios minimalistas, uso provocador de música y danza, y una actuación de gran intensidad con la que comunica la esencia de las obras. Así, el grupo ha sabido dar entretenimiento y “llegar” a públicos que no necesariamente hablan inglés como primer idioma, y que tampoco tienen gran experiencia en presenciar clásicos del teatro mundial.
Es decir, TNT no es lo mismo que la compañía Royal Shakespeare, que podría darnos una producción de Lear que convendría más a los gustos de un crítico fogueado en Londres o Nueva York.
Lo que si sé a ciencia cierta es que estudiantes, gente de teatro y público en general han quedado fascinados aquí por esta interpretación de Lear en el Teatro Nacional y en el Dionisio de Café Britt.
Criterios divergentes. Perfecto ejemplo de la diferencia de criterio es el comentario de don Andrés sobre el episodio de los ojos. El oyó risas en el público. Al contrario, yo, que he visto la pieza tres veces, observé públicos cautivados e impactados por el milagro teatral, que dejaron escapar otras manifestaciones de sorpresa para desahogar su emoción... es decir, el teatro les llegó al alma.
Creo que es válido comparar una producción que busca y logra comunicar con un público más amplio, con un ideal de producción teatral como la que don Andrés tiene en mente, pero también estimo que hay campo en Costa Rica para el goce de un buen teatro que enamora a públicos menos expuestos a los clásicos.
Cuando sentí la reacción del público costarricense ante Lear , empecé a soñar con traer otros montajes de la misma compañía: La fierecilla domada, Macbeth, Oliver Twist, El señor de las moscas o Animal Farm, por ejemplo. Espero que eventualmente el señor Sáenz nos honre con su asistencia a estas producciones, aunque probablemente tendrá que sentarse junto a espectadores que normalmente no asisten al teatro en Londres o Nueva York.
Juzguen ustedes; aún hay oportunidad de verlos pues estarán en el Teatro de la Danza miércoles, jueves y viernes.
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