Limón. Después de que la Policía tomó los muelles en la madrugada de ayer, los empleados de Japdeva permanecieron en sus puestos, pero bajo estricta vigilancia de la Fuerza Pública.
En Moín, los oficiales ahora son quienes autorizan el ingreso y la salida de furgones.
Moín operó con estibadores privados y grúas portacontenedores alquiladas por empresas usuarias de Moín.
En la ciudad, entre tanto, se respiraba un ambiente de tranquilidad. Sin embargo, los pobladores se mantenían a la expectativa ante la posibilidad de que ocurrieran hechos violentos.
Las autoridades también estaban en alerta. El Gobierno colocó patrullas de Tránsito y de la Policía en las principales carreteras y entradas a Moín y Limón.
Al caer la tarde, manifestantes en 20 vehículos realizaron una marcha por las calles de Limón. La caravana avanzó a paso lento, a una velocidad de entre 20 y 40 kilómetros por hora, lo cual provocó largas presas.
Al pasar por Moín, algunos manifestantes gritaron: "Japdeva sí, concesión no. Guerra en la noche".
En las calles, algunos particulares les gritaban: “¡huelga!”, mientras otros vociferaban: “¡vagos!”
Incidentes. La Fuerza Pública tomó ayer el control de los muelles de Japdeva sin necesidad de utilizar la violencia ni sus armas. Los muelleros no opusieron resistencia.
Durante la acción solo fue detenido un trabajador de Japdeva quien atravesó un montacargas a los policías. El hombre fue puesto a las órdenes de la Fiscalía.
Algunas horas después un equipo periodístico de Telenoticias de Canal 7 fue agredido frente a las oficinas del Sindicato de Japdeva (Sintrajap).
En el altercado, el técnico Víctor Ramos fue golpeado con un coco en la pierna derecha, mientras el auto en que viajaba el grupo fue impactado dos veces.
Luis Diego Quirós, periodista del canal, relató que el ataque ocurrió a las 8 a. m., cuando llegaron a las instalaciones de Sintrajap a continuar con la cobertura de los incidentes de ayer.