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Sao Bernardo do Campo, Brasil. AP y Reuters. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, regresó ayer a este poblado industrial, donde alcanzó prominencia como dirigente obrero hace casi 30 años y desde donde saltó a la presidencia, esta vez como un moderado líder que estabilizó la economía y sacó a miles de la pobreza.
El mandatario prefirió ir a Sao Bernardo do Campo, en la periferia industrial de Sao Paulo, que participar en un debate televisivo anoche con sus rivales.
Lula, de 60 años, tiene casi asegurada la victoria en las elecciones del domingo, a pesar de un reciente escándalo político que lo obligó a destituir a su director de campaña y a que las autoridades ordenaran la detención de al menos seis miembros de su comando electoral.
El exoperador de tornos se convirtió en el 2002 en el primer presidente brasileño de origen obrero, aunque casi inmediatamente después de la victoria comenzó a acercarse a los banqueros, empresarios e inversionistas, sus exenemigos de los años sindicales.
El choque ante los potenciales millones de votantes que asistirían al encuentro de los presidenciales en la poderosa red Globo de televisión, prometía ser un arma de doble filo para el carismático y popular gobernante.
Dos encuestas de los institutos Datafolha e Ibope indicaron anoche que Lula sería reelecto el domingo sin necesidad de una segunda vuelta, con el 53% de los votos válidos, esto es, descontando los nulos y en blanco.
Su más inmediato seguidor, el socialdemócrata Geraldo Aclkmin, con un 35% de los previstos votos válidos, esperaba aprovechar el cara a cara para intentar forzar a último minuto una segunda ronda, que sería el 29 de octubre.
Un miembro del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, dijo que el Presidente le comentó ayer que estaba dispuesto a ir al debate, aunque sometería esa decisión a su comité de campaña.
Sin embargo, posteriormente, un funcionario del gobierno indicó que Lula viajaría a Sao Paulo más tarde, en vez de a Río de Janeiro, donde se iba a realizar el debate.
Una fuente del gobierno dijo que Lula reunió a sus más estrechos asesores para comunicarles su decisión de no acudir al debate.
Según la fuente de gobierno, el Presidente evaluó sondeos cualitativos que indicaban que su ausencia en el debate no lo perjudicaría en las intenciones de voto.
El choque ante las cámaras lo habría expuesto a un bombardeo de ataques, principalmente de Alckmin, un exgobernador del estado de Sao Paulo de 53 años, y de la combativa senadora izquierdista Heloisa Helena, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), expulsada del PT y ahora su dura crítica.
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