Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Santa Cruz, Bolivia (AP). A Bolivia con sus yacimientos de gas, le pasa la del que tiene pan pero no tiene dientes.
Se calcula que existen 24 billones de pies cúbicos de gas en sus reservas y tiene a Brasil y Argentina dispuestos a pagar por un suministro regular, pero tras nacionalizar la industria hace dos años, el gobierno boliviano no tiene los recursos para ampliar su producción ni éxito para atraer aliados que lo acompañen en semejante empresa.
La renuencia de los inversionistas a semejante prospección es la incertidumbre en el país, envuelto en una agria disputa entre el gobierno del presidente Evo Morales y los líderes de cinco regiones que mantienen una oposición a ultranza y buscan autonomía política y administrativa de las autoridades de La Paz.
En algunos de los territorios autonomistas, como Santa Cruz y Tarija se encuentran importantes yacimientos gasíferos.
Bolivia debe resolver por la vía del diálogo y el consenso (sus diferencias, para que sea) un país que funcione entre sus regiones del oriente y occidente para sacar provecho de sus abundantes reservas de gas, reflexionó el secretario ejecutivo de Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas de Latinoamérica (ARPEL), José Félix García.
ARPEL, que aglutina docenas de compañías vinculadas con la exploración y explotación de hidrocarburos, como Pemex, Chevron, Ecopetrol, entre otras, fue uno de los participantes en un congreso empresarial Internacional de Gas y Energía que finalizó el miércoles en la ciudad boliviana de Santa Cruz, el bastión de la oposición ubicado a 520 kilómetros al este de La Paz.
Sylvie DApote, directora de la firma consultora internacional en asuntos energéticos Latin American Energy, dijo que la falta de inversiones en Bolivia en la producción de gas afecta a varios países de la región, incluyendo potenciales mercados como Chile y Uruguay.
Debido a la imposibilidad boliviana de extraer el gas de los yacimientos, Argentina y Chile recurren a la compra de gas licuado natural para abastecerse, aunque ese combustible, que es enfriado y comprimido para transportarlo en cisternas desde lejanos países, resulta más caro.
Con lo que produce ahora, Bolivia entrega 30 millones de pies cúbicos diarios de gas a Brasil, otros dos millones a Argentina y se queda con ocho millones para su consumo interno. Se supone que a Argentina en la actualidad debería de suministrarle siete millones y a partir del 2011, 27 millones de pies cúbicos diarios.
El estancamiento de la producción por falta de nuevas inversiones impide que el país cumpla con todos sus contratos, dijo Marco Tavares, consultor brasileño de la firma Gas Energy.
Agregó que si hace unos años se pensó en construir un anillo energético regional con Bolivia como principal abastecedor, esa posibilidad hoy parece remota. Perú, en cambio, podría atraer inversiones externas y tomar delantera.
José Magela Bernardes, presidente de la Cámara de Hidrocarburos Boliviana, organizadora del congreso, comentó que la experiencia boliviana enseñó que las inversiones petroleras en países pobres debe transformarse en valor agregado para la sociedad como educación, salud e infraestructura productiva para que sean exitosas.
El gas natural boliviano es la principal riqueza del país, ocupa el primer rubro de exportaciones con 1.983 millones de dólares en 2007.
Este documento no posee notas.