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5.769 años de judaísmo

En este mes de septiembre, el pueblo judío celebra el inicio de un nuevo año

En este mes, el pueblo judío conmemora el inicio de un nuevo año, con la solemnidad y alegría que representa este Rosh Hashaná 5769, que nos recuerda nuestra existencia de casi seis milenios, a pesar de tantas persecuciones a través de la historia de la humanidad y que diezmaron violentamente la población judía, pero nunca quebrantaron la fe ni la identidad que tenemos como pueblo.
Exilios. Es precisamente en esos momentos de tragedia, de asesinatos masivos y expulsiones, cuando los judíos de lo que fuera el ancestral Israel se ven forzados a dejar la tierra sagrada, el suelo originario, donde quedan las ruinas de los templos y la cultura, debiendo asentarse prioritariamente en Europa y continuar allí con la religión y tradiciones.
En España, durante la Inquisición, miles de judíos son torturados, muertos o expulsados y dejan atrás 700 años de florecimiento cultural, donde filósofos, científicos y demás connotados judíos son echados de sus casas, de sus bienes y de la que fuera su tierra. Los que tienen la suerte de sobrevivir se mueven a otros lugares del Viejo Continente, pero otros miles, con nombres disfrazados y ocultando su esencia, se embarcan al Nuevo Mundo en los viajes de Cristóbal Colón.
Es así como se inicia la primera presencia judía en la pequeña Costa Rica, tal y como muestran numerosos estudios de prestigiosos historiadores que dan cuenta de esta afluencia que marca, en muchas formas, la idiosincrasia del costarricense, muchas de sus costumbres y su arraigada defensa de la libertad, la democracia y la fe.
Nuevas oportunidades. Antes y después de la Segunda Guerra Mundial, llegan a Costa Rica los judíos ashkenazim (centro- europeos), provenientes esencialmente de Polonia, Alemania, Austria, motivados por la búsqueda de nuevas oportunidades en América, que desde una Europa en fuerte recesión económica y donde sistemáticamente eran perseguidos por su religión, les parecía un paraíso donde podían hacer sus vidas y dar un mejor futuro a sus familias.
Es así como nuestros abuelos o familiares inician pequeños negocios de toda índole: unos en agricultura, otros en lechería, otros fabricaban bienes para venta, y empiezan, de esta forma, una modalidad de negocios desconocida en el país: que es la venta a plazos, ya que, con estos cargamentos, en lomo de mula visitaban hasta las zonas más remotas del país, permitiendo que un gran segmento de la población pudiera adquirir estos productos mediante cuotas semanales, quincenales o mensuales.
Por cierto, por esta razón el término "polaquear" se acuñó y se relaciona, aun hoy día, con el origen de estos arriesgados vendedores ambulantes, y se sigue aplicando a toda aquella persona que vende a plazos, sea cual sea su origen.
Esta incipiente comunidad judía, ya reconocida como tal, que no oculta su origen ni sus tradiciones, es la base de la actual comunidad que viene a consolidarse con aquellos otros sobrevivientes del Holocausto, quienes con sus vidas, familias y sueños destrozados, llegan a Costa Rica, hace ya 70 años.
Actualmente somos miles de costarricenses de origen judío los que conformamos la comunidad en el país y nos sentimos plenamente identificados con los valores nacionales y además mantenemos nuestra fe y tradiciones, dentro de un marco de absoluto respeto.
Hace 60 años, luego del horror del Holocausto que costó la vida de seis millones de judíos asesinados por la barbarie nazi, se reconoció el derecho ineludible de nuestro pueblo a tener su nación, el Estado de Israel, en la tierra que ancestralmente le pertenece.
En este nuevo Rosh Hashaná todos los judíos del mundo oraremos por que la paz y la equidad se logren a corto plazo y el Estado de Israel pueda finalmente tener un par en el pueblo palestino, para que en esa tierra también “vivan siempre el trabajo y la paz”.

  • POR Salomón Aizenman
  • Opinión
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