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Tegucigalpa. DPA y AP. El enfrentamiento del presidente hondureño Manuel Zelaya y sus opositores por una reforma constitucional cobró ayer su primera víctima en el máximo jefe militar, general Romeo Vásquez Velásquez, quien fue destituido por el mandatario ayer en la noche. La situación ha puesto al país al borde de una crisis institucional.
Zelaya anunció en cadena de radio y televisión que destituía al jefe castrense y éste manifestó horas después que "acata" la disposición de su salida al mando de las Fuerzas Armadas.
Tras el fulminante despido del militar, sus compañeros de la junta de comandantes y que dirigían las ramas del ejército, naval y fuerza aérea presentaron su renuncia en solidaridad con el despedido.
Lo anterior creo la inédita situación de que Honduras no cuenta hoy con un mando en sus fuerzas militares.
El presidente Zelaya también destituyó a su ministro de Defensa, Edmundo Orellana, aunque oficialmente se habla ahora de aceptarle su renuncia al cargo.
El mandatario, fiel a su estilo populista, convocó a sus aliados de los dirigentes de ciertos sectores gremiales a que acudan al palacio presidencial el mediodía (local) del jueves a fin de apoyarlo.
Sin embargo, tras conocerse la situación creada, el resto de las fuerzas políticas y gremiales del país expresaron su solidaridad con el destituido jefe militar y la institución de las Fuerzas Armadas.
Presidentes de los partidos políticos, candidatos presidenciales, dirigentes empresariales y religiosos criticaron al presidente por destituir al jefe militar por una crisis que a su juicio fue creada por el mismo mandatario.
Para el conocido analista Enrique Ortez Colindres, la decisión del mandatario puede salir en su contra, ya que consideró que los militares actuales son un cuerpo unidad e instruido y pueden operar en su contra.
Por su lado el fiscal general, Luis Rubí, calificó de ilegal la decisión del mandatario y adelantó que puede ser impugnada ante la justicia por sus fiscales.
Mientras el candidato presidencial del opositor partido Nacional, Porfirio Lobo Sosa, dijo que apoyaban a las Fuerzas Armadas y se declaraban en alerta permanente.
Lobo Sosa es el político que más ha insistido en las pretensiones de relección de Zelaya.
El genera Vásquez Velásquez admitió que los militares se encuentran en una encrucijada, ya que el mandatario les ha ordenado que participen en una encuesta a realizarse el domingo donde los ciudadanos votarán sobre si desean que en las elecciones de noviembre se vote sobre si se convoca a una Asamblea Constituyente.
La encuesta fue declarada ilegal por un tribunal de justicia, que ordenó a los militares abstenerse de apoyar la medida.
El general defenestrado dijo que los militares se encuentran ante una disyuntiva e indicó que le manifestaron la situación al presidente Zelaya, cuya respuesta fue despedirlo del cargo.
sin embargo, el militar descartó la posibilidad que los militares podrían derrocar a Zelaya.
“No, no hay de eso. Los militares cumplimos la Constitución”, subrayó.
Los militares derrocaron tres presidentes elegidos popularmente entre 1956 y 1972, luego de gobernar 18 años a Honduras.
En una comparencia por radio y televisión, el mandatario admitió en la medianoche de ayer que existe una crisis generada por algunos sectores que han promovido la desestabilización y el caos con el fin de causar serios problemas a la institucionalidad democrática de Honduras, al orden constitucional, y al ejercicio del poder legalmente constituido.
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