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La detención de 40 africanos el 23 y 24 de junio en playa Manzanillo, Limón, trajo a la geografía de Costa Rica una escena que solo se veía, hasta esa fecha, en fotos de Ceuta y Melilla, en España.
La llegada de estos africanos a Costa Rica mostró un nuevo fenómeno migratorio: los refugiados extrarregionales.
Llegaron al país porque fueron abandonados por traficantes en costas costarricenses en su camino a Canadá, donde les habían ofrecido oportunidades de trabajo.
Este tipo de migrante no tiene el perfil tradicional. La mayoría de ellos ha llegado a la universidad, o ya son profesionales. Pagaron, en el caso de los que llegaron a Costa Rica, unos $7.000 por ser llevados de Nigeria a Canadá.
De acuerdo con la Directora General Adjunta de la OIM, la costarricense Laura Thompson, la llegada de estas personas obedece al endurecimiento de las políticas migratorias en Europa, lo que las obliga a buscar "vías alternas" para llegar a su destino.
“Nosotros no somos el objetivo final. Son Canadá y EE. UU.”, asevero la funcionaria de la OIM.
Aunque por ahora son un grupo muy pequeño, las autoridades les brindan mucha importancia por considerar que podría ser una nueva línea de ingreso de refugiados.
Para Ericka Feller, Alta Comisionada Adjunta para la Protección de la ONU, la aceptación de refugiados no está relacionada con la riqueza del país receptor.
“En algunos países europeos con recursos la situación de rechazo es peor que en otros de América Latina o de Asia”, señaló Feller.
Los flujos migratorios no son fáciles de clasificar y en ellos hay desplazados, refugiados, migrantes económicos y otras categorías.
Para dar seguimiento a estas situaciones, nuestro país fue sede, el jueves y viernes, de la Conferencia Regional sobre Protección de Refugiados y Migración Internacional en las Américas.
La conferencia fue organizada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Datos de OIM revelan que el 3% de la población del planeta se desplaza constantemente.
No parece mucho, pero esto se traduce en mil millones de personas. Según Thompson, 250 millones de personas dejan su país para ir a otro, y 750 millones se desplazan internamente en sus países, por lo general del campo a la ciudad.
“Los más pobres no migran, solo se desplazan en su propio país”, explico Thompson. Quienes tienen más recursos y pueden pagar son los que buscan llegar a otros países, como en el caso de los nigerianos mencionados anteriormente.
Hay muchas razones para que las personas se vean obligadas a dejar su lugar de residencia. Las limitaciones económicas y la violencia, sea política, religiosa o étnica, son de las principales.
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