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Se sabe qué hacer, pero se hace muy poco

Como en muchos otros temas, los actores involucrados en la problemática de la huella ecológica costarricense están de acuerdo en qué se debe hacer para cambiar esta tendencia de país ecodeudor; sin embargo, es poco lo que se hace para solventar el problema.
Leonardo Merino, encargado del capítulo ambiental del Estado de la Nación , explicó que la huella ecológica tica tiene dos factores que la potencian: las emisiones contaminantes producto del consumo de hidrocarburos y la mala utilización del suelo por la falta de ordenamiento territorial en prácticamente todo el país.
"La absorción de carbono requiere mucho territorio. Ahí hay una tarea muy específica que fácilmente le daría vuelta al balance. El país genera ocho millones de toneladas de CO 2 al año y se necesita territorio para absorber esa contaminación", explicó el investigador.
Mientras tanto, el “ordenamiento territorial es la manera de indicar cuál es la manera eficiente, ambientalmente amigable y socialmente beneficiosa para decir qué hacer con el territorio. Se trata de decidir para qué y cómo queremos usar el territorio de Costa Rica”, añadió Merino.
Estos dos puntos suman más de la mitad de la huella ecológica tica y las principales soluciones no son novedad para ningún costarricense medianamente informado: se trata de la modernización del transporte (público, especialmente) y consolidar un verdadero ordenamiento territorial.
Propuestas de gobierno. Desde hace varias semanas La Nación intentó hablar sobre este tema con Jorge Rodríguez, ministro de Ambiente, pero no devolvió los mensajes.
Por su parte, Pedro León, director de la iniciativa Paz con la Naturaleza concordó con Merino en las dos grandes propuestas para reducir la deuda ecológica.
“Aquí necesitamos una inversión gigantesca en transporte urbano, moderno y eléctrico. No hay que inventar nada, muchas ciudades del mundo ya lo tienen y aquí hay planes como el Tren Eléctrico Metropolitano (Trem), que es solo un primer avance, el espinazo de algo mayor”, señaló León.
Si bien el proyecto del Trem pasó estancado por años, en los últimos meses el Gobierno lo ha retomado, enfocándolo como solución a los congestionamientos viables y a los tiempos de traslados dentro del área metropolitana, pero advierte que su implementación no podrá llegar sino hasta dentro de varios años.
En cuanto a planificación urbana, León considera elemental el apoyo político para que el proyecto de Planificación Regional Urbana de la Gran Área Metropolitana (Prugam) continúe dando pautas en reorganización.
Aunque el Gobierno ha anunciado su interés en seguir apoyando al Prugam, este plan se ha concentrado en una zona que Merino considera prácticamente perdida por la falta de planificación desde hace décadas, mientras que zonas como Guanacaste y Osa son las que ahora enfrentan el crecimiento urbano.

  • POR Pablo Fonseca Q.
  • Vivir
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