Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Barcelona. EFE. En un equipo en el que suelen ser noticia los delanteros y mediocampistas de llegada, el portero Víctor Valdés, del Barcelona, está fabricando su propio espacio de gloria.
El guardameta catalán acumula ya 364 minutos sin recibir un gol -algo más de cuatro partidos-, tras la victoria que su equipo logró ayer ante la Real Sociedad de San Sebastián (5-0).
El guardameta azulgrana encajó su último tanto en Riazor, ante el Deportivo de La Coruña, el pasado 15 de octubre, cuando el Barça empató a tres después de desperdiciar una ventaja de 1-3.
El delantero del equipo gallego Rubén Castro logró el 3-3 en el minuto 86 del partido.
Desde entonces, Valdés ha sido capaz de mantener su puerta a cero, pese a recibir algunas críticas por sus actuaciones: el Barça empató sin goles ante el Panathinaikos y derrotó consecutivamente a Osasuna (3-0), Málaga (2-0) y Real Sociedad (5-0).
Este último resultado le permitió ayer a los catalanes completar una semana fantástica, con tres victorias cosechadas en el lapso de ocho días.
El partido. Sin Darko Kovacevic, el conjunto realista se mostró completamente inoperante en ataque y su falta de ambición le condenó a una goleada.
El equipo de Frank Rijkaard se plantó bien ya desde el inicio sobre el campo, empezó a tocar el balón y desarboló a un rival que apenas aguantó el pulso 18 minutos.
Una pérdida de balón de la Real Sociedad acabó en un contragolpe azulgrana conducido por Ronaldinho y firmado en la red por el holandés Van Bommel.
El conservadurismo realista alcanzó tales dimensiones que Ronaldinho empezó a combinar sin pasar del medio campo para provocar a los jugadores rivales y hacerles entender que eran ellos los que tenían que atacar si querían aspirar a algo más que a salir derrotados del Camp Nou.
La fórmula no funcionó y el brasileño se sacó entonces de la chistera una solución mucho más elegante en forma de disparo desde la frontal que batió a Riesgo.
Con el 2-0, la Real tampoco varió mucho sus planteamientos, consciente de que cada vez que atacaba recibía contragolpes de máximo peligro.
Ronaldinho estaba crecido y lo demostró en el minuto 60 con su segundo tanto, el tercero del conjunto azulgrana, que consiguió en lanzamiento de falta directo.
Para colmo de males en la Real Sociedad, Uranga fue expulsado en el minuto 68.
A un cuarto de hora para el final hasta el capitán Puyol se sumó a la fiesta goleadora y marcó, de cabeza, el cuarto de su equipo.
Henrik Larsson, quien llegó de cambio, completó la pizarra.
Este documento no posee notas.