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Una banda de delincuentes aprovechó la escasa presencia policial en Upala, Alajuela, para asaltar a las 2:50 a. m. de ayer una gasolinera y huir con aproximadamente ¢20 millones.
Es el atraco más cuantioso en lo que va del año en ese cantón fronterizo con Nicaragua.
Tres hampones sorprendieron al pistero Rigoberto Cubero, el único empleado que se encontraba en la gasolinera "Armo", ubicada un kilómetro al noroeste de la ciudad de Upala.
Cubero, de 50 años, fue maniatado y lanzado al piso, cerca de los servicios sanitarios del negocio.
Uno de los atracadores apagó las luces y se dirigió, junto con uno de sus cómplices, hasta una oficina en la que había un buzón donde, usualmente, dejan gran cantidad de dinero producto de las ventas del fin de semana.
Allí se apoderaron de un botín estimado en ¢20 millones.
Los sujetos huyeron en un vehículo que los esperaba cerca de la gasolinera.
Aunque Cubero logró desatarse unos 10 minutos después del atraco y avisó a la Policía local, no fue posible localizar a los asaltantes, uno de los cuales, estiman las autoridades, "conocía perfectamente las instalaciones de la gasolinera".
Eso reiteró ayer el administrador del negocio, Elvis Villegas, quien precisó que los atracadores sabían qué llavines y cuáles puertas destrozar para llegar al dinero.
"Por lo menos uno de ellos conocía muy bien los movimientos de la empresa y la distribución del local", insistió el funcionario, quien comunicó ese parecer a la Delegación del OIJ en Cañas, Guanacaste, a cargo de las pesquisas.
Sin policías. El asalto a la gasolinera ocurrió en momentos en que el distrito de San José de Upala, donde se han registrado varios hechos violentos este año, carece de presencia policial permanente.
La Fuerza Pública abandonó esa comunidad desde mayo pasado, cuando el edificio que ocupaba fue declarado inhabitable.
Pese a que se inició la construcción de otro local, el Ministerio del Ambiente (Minae) suspendió la obra argumentando que se levantaba dentro de la zona protegida del río Niño, donde se prohíbe cualquier tipo de edificación.
Guillermo Castillo, de 62 años, advirtió: "La seguridad está descuidada y nosotros ya no nos sentimos tranquilos a ninguna hora".
Su preocupación fue compartida por Villegas, el administrador de la gasolinera asaltada, quien insistió en que "es muy notorio que la seguridad ha desmejorado mucho" en Upala.
"Así lo demuestran los sucesos de los últimos días. Las autoridades de Seguridad Pública deberían examinar qué está pasando", agregó Villegas.
El jefe policial Jorge Montoya aceptó las fallas, pero alegó que en San José de Upala "no tenemos ni siquiera una galera para ubicar policías ni los equipos de radio".
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