Caldera, Esparza. En este puerto se trabaja ahora las 24 horas del día, los barcos esperan menos días para atracar y el ritmo en la descarga de productos aumentó un 63% en los últimos dos meses.
Gobierno, navieras y agencias aduanales aplauden los primeros cambios registrados en Caldera después de que la administración de esta terminal pasó a manos de dos consorcios privados.
Para importadores y exportadores, las mejoras son positivas si se toma en cuenta que los operadores no han empezado a hacer las grandes inversiones previstas en infraestructura.
De acuerdo con el contrato, la Sociedad Portuaria de Caldera y la Sociedad Portuaria Granelera deben adquirir nuevas grúas portacontenedores y remolcadores, así como construir una nueva terminal de graneles.
Más horas. Para Roberto González, gerente portuario de la agencia aduanal Cormar, el cambio en Caldera es, por ahora, de actitud.
Los ejemplos empiezan con la jornada laboral. Hace dos meses, bajo la gestión del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), Caldera operaba 16 horas diarias; hoy abre todo el día.
El puerto antes perdía tiempo durante los cambios de cuadrillas, en la hora del café, el almuerzo, la cena y el ratito de sueño.
Ahora, los trabajadores de las cooperativas que venden servicios a los consorcios cumplen con jornadas de trabajo sin interrupciones. Cuando les corresponde su tiempo de descanso, son sustituidos por una nueva cuadrilla.
Las empresas no tuvieron que invertir en capacitación porque todos los obreros son exempleados del Incop.
A principios de agosto, el Instituto necesitaba 1.000 empleados para operar el puerto, hoy los consorcios operan con 400 a 700 trabajadores, contratados a diario según el volumen de carga.
Hace dos meses, los muelleros trabajaban en sandalias y sin equipo de seguridad. Hoy están obligados a usar zapatos cerrados, pantalón grueso, chaleco y casco para protegerse de accidentes.
Rendimiento. En cuanto a la descarga de mercadería, Caldera pasó de mover 325 toneladas métricas por hora bajo la gestión del Incop a 528 en setiembre. Una mejora en el rendimiento del 63%.
El porcentaje es del 60% en contenedores. El puerto pasó de mover 17 contenedores por hora a 27 por hora en la nueva gestión.
Domingo Chinea, gerente de la Sociedad Portuaria, dijo que en los últimos 45 días la empresa movió unos 12.000 contenedores.
Si se mantiene ese ritmo, cuando se complete el primer año de operaciones del consorcio habrá movido unos 97.000 contenedores, 37.000 más de los previstos.
Paúl Zúñiga, presidente ejecutivo del Incop, se mostró satisfecho con los primeros resultados y garantizó que un fiscalizador del contrato velará porque los operadores mejoren el rendimiento portuario.
La situación en Caldera contrasta con lo que ocurre en los muelles de Limón.
En el Caribe, los dos puertos cayeron cinco posiciones en el ranquin de puertos importantes de Latinoamérica.
Con la concesión del puerto, Caldera eliminó la convención colectiva de trabajadores, que le costaba ¢2.600 millones anuales al país.
Mientras tanto, en Limón los trabajadores han aplicado el tortuguismo durante las dos últimas semanas para exigir ¢470 millones en beneficios laborales y una garantía del Gobierno de que no se concesionará los puertos.
Tiempos en bahía. De vuelta en Caldera, los tiempos de espera de un barco en bahía también cayeron. Hace dos meses un buque tenía que anclarse de tres a cinco días hasta que se desocupara un puesto en el muelle de atraque. Ahora el tiempo bajó un 30%.
"Si antes un barco esperaba tres días en bahía, ahora espera dos. Si atracaba a las 3 a. m. tenía que esperarse a las 8 a. m. hasta que aparecía la primera cuadrilla, ahora lo descargan a cualquier hora", relató Roberto González, de Cormar.