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José Francisco Medina es un guarda privado. Hace dos semanas recibió una llamada en su casa desde un número privado: un hombre lo felicitaba por haberse ganado un premio.
Él sabía que se trataba de un timador, pero le siguió la corriente por 10 minutos. El sujeto se identificó como Carlos Benavides, y se hizo pasar por empleado de una empresa telefónica.
Entre enero del 2010 y junio del 2012, los timadores lanzaron sus redes y pescaron la mitad de sus víctimas en cuatro cantones del país, donde reside el 20% de los habitantes.
Según una base de datos de delitos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), analizada por La Nación, entre el 2010 y junio del 2012 hubo 5.316 fraudes en el país.
"El sujeto me dijo que mi nombre había salido favorecido entre 2.500 suscriptores que pagaban a tiempo sus recibos telefónicos, que me había ganado ¢2.400.000 en premios como computadoras, pantallas planas y órdenes de compra en supermercados.
"Me dio los códigos para retirar los premios, pero me dijo que ese día me los llevaban a la casa. A cambio, yo debía comprar cinco tarjetas prepago de ¢10.000 cada una, decirle a él los códigos de recarga para introducirlos al sistema y luego el camión llegaría hasta mi casa", contó.
José Francisco jamás le creyó al timador. "Obviamente, tenía palabras de convencimiento y casi me hizo creer que todo era real, pero como nadie regala ¢2.400.000, sospeché que la llamada provenía de la cárcel", dijo.
Le siguen Montes de Oca, donde se presentaron 146,54 casos por cada 100.000 personas; Aguirre, 126,58; Liberia, 117,48; Esparza, 94,26; Cañas, 87,78; Corredores, 86,06; Pérez Zeledón, 85,48; Heredia, 80,90; Cartago, 75,73, y Alajuela, 74,15.
Engaños. "El estafador, el timador, se vale de la inocencia, de la avaricia, de la codicia de nosotros como personas. Ellos perfilan al sujeto que van a ir a timar y, luego de que tienen un perfil, van y lo abordan", explicó Gustavo Mata, jefe de Investigaciones Criminales del OIJ.
Los principales timos cometidos en el país se produjeron al comprar un bien, cambiar un cheque, el llamado timo del tramitador, del oro, el préstamo fiduciario y del teléfono celular.
Los distritos preferidos por los timadores son Catedral, Alajuela, San Sebastián, San Isidro de El General, Hospital, Merced, Quesada, Liberia, Heredia, Carmen, San Pedro, San Ramón, Desamparados, La Uruca y Guadalupe.
De hecho, el 27% de los timos ocurrieron en los 11 distritos de San José. El investigador Gustavo Mata asegura que los lugares más atractivos para cometer fraudes son aquellos donde hay menos policías y mucha gente.
"El problema es distraerse con gente que uno no conoce. No hay que ser tan ingenuo, nadie regala platas, billetes, oro", dijo.
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