Nueva York y otras procedencias. En un huso horario tras otro, miles de millones de seres humanos de todo el planeta recibieron entre expectantes y maravillados el año 2000 con una fiesta que los vinculó a todos vía satélite.
Así culminó el siglo XX, agitado y asombroso hasta el último segundo.
La primera en recibir el milenio, a las 1000 GMT, (4 ;a.m.hora nuestra) antes que los otros 23 husos, fue Kiribati, una diminuta nación del Pacífico sur, tan entusiasmada por el hecho que realineó su parte de la línea internacional de cambio de fecha en dos horas hacia el este para ser la primera en festejar. La última será la Polinesia Francesa, exactamente al otro lado de la línea.
"Dejemos de lado las divisiones, unámonos en el amor y la paz'', cantaron bailarinas micronesias a la luz de la Luna y las antorchas en la playa de la isla tropical ahora llamada Milenio, habitualmente deshabitada.
Una hora después, Nueva Zelanda iluminó el cielo con fuegos artificiales púrpuras, naranjas y violetas. Dos horas después, Sydney, Australia, deleitó a 1 millón de espectadores con elegantes fuegos artificiales que parecían ascender al cielo como chorros de líquido.
Al otro lado del mundo, dos hechos muy distintos atrapaban la atención. El achacoso presidente ruso Boris Yeltsin renunció inesperadamente 12 horas antes del comienzo del 2000 en Moscú, para estupor de su país y el mundo. El primer presidente postsoviético, que ayudó a poner fin a la ola de comunismo que se extendió a través del mundo durante más de siete décadas, entregó el poder a su primer ministro. (Información en Pág. 6 del segundo cuerpo).
Los temores sobre el terrorismo y la tecnología ya echaban una sombra sobre los festejos. Países, líneas aéreas y usuarios de
computadoras se preparaban para posibles atentados terroristas.
Temerosos de una conspiración terrorista vinculada con el milenio, agentes federales norteamericanos recorrieron el país, detuvieron a personas en dos ciudades ayer e interrogaron a varias decenas sobre si un argelino sospechoso de ingresar explosivos desde Canadá era parte de un plan. Un hombre fue acusado de ser su cómplice.
En Nueva York, donde se preveía un festejo masivo en la célebre Times Square de Manhattan, el alcalde Rudolph Giuliani pidió a la población que no cediera al miedo.
"Caso contrario'', dijo, "concedemos la victoria a los terroristas sin que nadie de un solo golpe".
Los temidos trastornos informáticos del 2000 también hicieron lo suyo. En Corea del Sur, un tribunal convocó a 170 personas para un juicio el 4 de enero de 1900. En Kingston, Jamaica, un anuncio del gobierno hizo que miles de personas corrieran a comprar linternas: una cadena de ferreterías dijo que vendió 400.000 el jueves.
Pero Nueva Zelanda, considerada la gran prueba para el mundo industrializado, inició el 2000 sin trastornos. "Las luces siguen encendidas'', dijo Basil Logan, presidente de la comisión de preparativos.
En Tokio, donde las celebraciones tuvieron un caracter fastuoso, la temida falla del milenio no se habia producido.
Siglo turbulento
El arribo del milenio pone fin a uno de los siglos más turbulentos de la historia, de avances científicos y tecnológicos sin precedentes, así como trastornos y violencia inigualados.
El siglo XXI comienza con temores acerca del terrorismo, la tecnología y el lugar del ser humano en un mundo cada vez más desconcertante.
Miles de coreanos del sur pidieron paz con Corea del Norte. Escribieron sus deseos en hojas de papel que colocaron en una cerca de alambre de púas en la zona desmilitarizada.
El aparente primer nacimiento del milenio se produjo en Auckland, Nueva Zelanda, en el primer minuto (1101 GMT) y fue un varón, dijo Rachel Haggerty, administradora del hospital Waitakere.