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John Gutiérrez Ramírez llegó a Costa Rica con su familia, temeroso de que paramilitares colombianos cumplieran con la amenaza de matar a su suegro en una alejada comunidad rural.
Al menos ese argumento ayudó a este hombre a obtener aquí, el 11 de noviembre de 1999, su estatus como refugiado.
Dos años más tarde, según sospecha la Fiscalía, Gutiérrez contrató a los hombres que el 7 de julio del 2001 mataron al productor radiofónico Parmenio Medina, crítico del padre Mínor Calvo, hoy en juicio.
También vivían aquí en calidad de refugiados Edward Serna Molina, Freddy Cortés Fernández y Nelson López Giraldo, tres extranjeros que en estos momentos afrontan un juicio por el homicidio de la periodista Ivannia Mora, cuyo exjefe, Eugenio Millot, figura como presunto autor intelectual.
Prófugo protegido. Rafael Lasso Gómez, un extranjero de 44 años, se acogió el 24 de abril del 2004 a la condición de refugiado.
Las autoridades migratorias se la concedieron pese a que la brigada de Represión del Vandalismo, con sede en Francia, lo buscaba por el robo de diamantes en una exhibición en París. Aquí lo capturó la Policía Internacional (Interpol).
En el país también vivió durante siete años, protegido como refugiado, Hernando Vanegas Toloza, un supuesto contacto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Huyó de Costa Rica en marzo del 2005. En ese entonces alegó haber sido sometido a un interrogatorio por parte de agentes de la Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS) en complicidad con algunas autoridades nacionales.
Otras fechorías. En julio del 2005, las autoridades detuvieron en La Sabana, San José, a nueve personas sospechosas de vender pasaportes robados a ciudadanos de los Estados Unidos. Entre los aprehendidos figuraban tres refugiados.
Tres meses más tarde, la Policía Metropolitana capturó a dos foráneos de apellidos Lerma y Riascos quienes, a mano armada, asaltaron a dos turistas inglesas en pleno corazón de San José.
Entre sus pertenencias los agentes encontraron carnés provisionales que los acreditaban como aspirantes al refugio.
En diciembre de ese año, otros cinco extranjeros cayeron durante una acción antidrogas que buscaba golpear a una organización que enviaba cargamentos de cocaína a los Estados Unidos.
Por el caso arrestaron a unas hermanas de apellido Quinceño; ellas eran refugiadas. Igual ocurrió con otros de los dos detenidos por ese caso.
También afrontó problemas con la justicia –a principios de este año– un sujeto de apellido Montero, detenido como uno de los supuestos sicarios que participó en algunos de los homicidios desatados a raíz de una guerra entre narcotraficantes de la ciudadela León XIII, en Tibás.
A este refugiado, de apariencia inofensiva y que obtuvo su estatus el 16 de diciembre del 2003, lo detuvo la Policía en unos apartamentos de Sabana Sur.
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