"Con gran satisfacción y optimismo recibo hoy el nuevo milenio. Los costarricenses debemos ver en este cambio de siglo una oportunidad para hacer realidad nuestros sueños.
Por nuestra historia, por nuestros valores ancestrales y perennes, por nuestros sueños, los costarricenses sabemos que lo mejor está por venir. Esa es la antorcha que hemos pasado de generación en generación. Y que debemos pasar a las mujeres y hombres del siglo XXI. No dejemos que la llama se extinga.
Nuestra mayor fortaleza está en nuestra gente. En cada niña o niño que es potencialmente una Claudia Poll, un Franklin Chang, un Francisco Amiguetti, una Carmen Granados, un monseñor Sanabria o una Carmen Lyra. Está en todos y cada uno de los costarricenses.
Los valores de tolerancia, de la paz, de la búsqueda de consensos reales, del desarme, de la negociación y el diálogo; los valores de la solidaridad, de la lucha contra la corrupción y de protección al medio ambiente, son los valores que por siempre seguirán guiando los corazones y los espíritus de las y los costarricenses.
Porque lo mejor está por venir, le pido a Dios Todopoderoso que en el nuevo milenio otorgue a nuestro pueblo, la sabiduría necesaria para lograr un mundo mejor: más justo, más libre, más comprometido con los valores eternos, con la familia y con Dios.
Hoy al amanecer del nuevo milenio, en su nombre, hagamos lo que nuestros antepasados hicieron por nosotros, y sigamos ascendiendo, sin tropiezos, por la rampa del progreso que nos llevará al puente del siglo XXI, el puente del desarrollo humano para la familia costarricense."