Principales puntos que pondrán sobre el tapete las delegaciones de Israel y Siria en la nueva ronda de negociaciones, inaugurada ayer en Estados Unidos:
Altos del Golán. Los sirios exigen que Israel evacue el territorio de Golán y se retire hasta las líneas que prevalecían, antes de la Guerra de los Seis Días (1967). Sostienen que el asesinado primer ministro israelí Yitzhak Rabín les había hecho esa promesa.
En 1995, Israel dio a entender que estaba dispuesto a retirarse del Golán, hasta las fronteras internacionales, a cambio de un acuerdo de paz y de convenios de seguridad.
Un retorno a las líneas de demarcación internacionales daría a Siria acceso al Lago Tiberíades, principal recurso de agua para Israel.
Seguridad. Israel propone un sistema de vigilancia aéreo y espacial, la creación de estaciones de alerta en la meseta y el mantenimiento de fuerzas israelíes en el Monte Hermón, que domina el Golán. Esas estaciones vendrían a ser "los ojos y los oídos" de Israel.
Siria propone un sistema de vigilancia aéreo y espacial, según informaciones publicadas por la prensa árabe.
Además, solicita que las zonas desmilitarizadas se extiendan del lado israelí de la frontera, en virtud del principio de reciprocidad.
Agua. Israel quiere obtener de Siria garantías de que su retirada militar del Golán no tendrá consecuencias en su aprovisionamiento de agua, tanto en el Lago Tiberíades como en los afluentes del río Jordán, ya que enfrenta desde hace unos años un déficit crónico de agua.
El retorno a las líneas de demarcación internacionales daría a Siria acceso al Lago Tiberíades, principal recurso de agua para Israel.
Normalización diplomática. El Estado hebreo espera que del acuerdo de paz surja una normalización en regla de las relaciones entre ambos países, y no simplemente una "paz fría".
Líbano. Barak se ha comprometido a retirar las tropas israelíes del sur del Líbano antes del 7 de julio próximo en el marco de un acuerdo con Siria, país que mantiene 35.000 hombres en el Líbano. Y no descartó una retirada sin acuerdo.
De hecho, Israel desde el año pasado anunció su inminente repliegue del sitio.
Israel quiere que Siria impida los ataques contra Israel tras una retirada del sur del Líbano y que neutralice el Hezbolá, eje de la resistencia contra la ocupación israelí.