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Rizo suma puntos

Ayer ganó la XXI edición de la San Silvestre

En el trote seguro del novel Andrés Rizo se conjugan la experiencia de su entrenador, José Luis Molina, y el ímpetu de este corredor de 21 años, quien desde hace dos temporadas se encuentra bajo la tutela de Molina y no ha tardado en cosechar los primeros frutos.
Ayer, en la XXI edición de la carrera San Silvestre, poco más de 1.000 atletas recorrieron 10 kilómetros por las calles de San José. Salieron de la avenida 4, en la parte trasera del edificio de la Caja, para enrumbarse hacia el oeste y tomar luego hacia La Sabana, Pavas, Rohrmoser y rematar finalmente frente al Estadio Nacional.
Durante los primeros cuatro kilómetros, él y su compañero del equipo Festina, Jefry Pérez, se apoyaron mutuamente hasta llegar a la meta volante que se encontraba frente a Cemaco Pavas.
Según Rizo, hasta ahí se impuso un ritmo muy fuerte de competencia. Después, él tomó la iniciativa y se mantuvo a no menos de 150 metros de sus inmediatos seguidores hasta cruzar la meta con un tiempo de 32 minutos y 10 segundos.
Luego llegaron Francisco Gómez (33:06); Jefry Pérez (33:11); Miguel Vargas (33:11) y Rónald Torres (38:20). Junto con el primer lugar ingresó el atleta especial Óscar Alvarenga, quien también se adjudicó un tiempo de 32:10.
Thelma Vargas ganó la categoría femenina con un tiempo de 38:20.
Para Rizo, quien se dedica al atletismo de elite desde hace dos años, obtener el primer lugar en la San Silvestre constituye un resultado muy importante en su carrera como medio fondista.
"Ya he ganado varias carreras nacionales, triunfé en la Media Maratón y obtuve el segundo lugar en la Leonística, entre otras. Ganar esta carrera es importante para mí tanto por currículum como porque me sirve de pretemporada, ya que me estoy preparando para los Juegos Panamericanos y también para los Centroamericanos y del Caribe", afirmó Rizo.
Ayer llamó la atención entre los corredores especiales la participación de Laurens Molina, quien, junto con dos de sus compañeros, estuvieron a punto de ser atropellados en San José centro ante la falta de organización del tránsito.
Aparte de ese susto, Molina terminó la competencia con los antebrazos en carne viva, pues, por un imprevisto, no corrió con su silla de siempre y se lastimó con el roce de la que usó. A pesar de todo, pudo terminar la competencia.

  • POR Yuri Lorena Jiménez / yjimenez@nacion.com
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