Su nombre tomó importancia en la campaña electoral que llevó al poder al exmandatario Óscar Arias Sánchez (1986-1990).
Ricardo Alem León –quien para ese momento ya se relacionaba con influyentes figuras del Partido Liberación Nacional (PLN)– llegó a ser designado jefe de signos externos de Arias, entonces candidato liberacionista.
Ya en el Gobierno, el expresidente lo nombró delegado ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), en enero de 1987.
Pero, el 27 de junio de 1988 fue capturado al vinculársele con un decomiso de $760.467 que la policía le hizo a Mario Valverde Zamora dos días antes, en el aeropuerto internacional Juan Santamaría.
A Valverde se le hallaron supuestas calcomanías del entonces precandidato liberacionista, Rolando Araya, quien sostuvo que eran falsas.
Alem fue vinculado a un supuesto lavado de dólares.
El 11 de junio de 1990 el Tribunal Superior Penal de Alajuela comenzó un primer juicio contra Alem y Valverde. Poco después, el 24 de agosto de ese año, los jueces impusieron 15 años de prisión a Alem y 12 años a Valverde, tras un segundo juicio.
Largo proceso
Sin embargo, el 23 de diciembre de 1991, la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia anuló la condena y ordenó un nuevo debate, el cual arrancó el 24 de mayo de 1993.
Tres semanas después, el 14 de junio, Valverde fue condenado a ocho años de prisión, mientras Alem fue absuelto.
El fallo contra Valverde fue confirmado por la Sala Tercera, el 12 de agosto de 1994. Pero, a la vez, esta instancia anuló la absolutoria de Alem y ordenó un nuevo proceso.
El cuarto juicio comenzó el 1.° de marzo de 1995. Pero, el 5 de abril de ese año Alem fue detenido en Miami, en un operativo de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA).
Dos días después, el Tribunal Superior de Alajuela lo condenó a 12 años de prisión por el delito de legitimación de capitales provenientes del narcotráfico.
Y el 4 de mayo de 1997, la Corte del condado de Dade, en la Florida, lo sentenció a 13 años de prisión por tráfico internacional de drogas. Luego, la pena fue reducida a nueve años por la colaboración que prestó al DEA.
El 26 de abril del 2000 Alem presentó una primera solicitud de repatriación que fue rechazada por Estados Unidos.
Tras un segundo intento, ese país aceptó su traslado, el 18 de setiembre del 2000, y poco después Costa Rica expresó su acuerdo.