Dos vigilantes privados fueron asesinados ayer en la madrugada en Tuetal Norte de Alajuela y El Llano de Pococí, Limón. El primero de los casos tiene relación con un asalto, mientras que el segundo permanece en investigación para determinar las causas.
Con estos dos decesos y otros cinco ocurridos entre el domingo y ayer, son 25 las muertes violentas entre el 24 de diciembre y el mediodía de ayer.
La principal causa de las fatalidades son los accidentes de tránsito, que han cobrado 16 vidas.
Sobre el asesinato en Alajuela, la víctima fue identificada como Juan Montiel García, de 34 años, muerto de un balazo en el rostro por dos hombres que ingresaron en las cabinas Acuario.
Dicho lugar era vigilado por Montiel, quien fue sorprendido a las 00:15 a. m. de ayer por unos sujetos que, al parecer, se movilizaban en un auto. Este los esperó en las afueras del negocio.
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los dos delincuentes ingresaron en la propiedad e interceptaron al guarda. Tras encañonarlo, lo despojaron de su arma, la cual utilizaron posteriormente para matarlo.
Luego, los hampones entraron en una oficina del negocio donde se encontraba la administradora, cuya identidad no trascendió. A esta la obligaron, mediante amenazas, a entregar una suma importante de dinero.
Una vez con el botín, los malhechores escaparon sin dejar mayores rastros. Solo uno de los sujetos se cubría el rostro con pasamontañas, razón por la cual sería posible identificar al otro mediante un reconocimiento fotográfico o un retrato hablado.
En cuanto a Montiel, oriundo de Nandayure, Guanacaste, tenía año y medio de laborar allí como guarda. Este murió en el sitio debido a que el proyectil ingresó a la altura de la frente.
Ayer, los oficiales de la policía judicial realizaron una inspección en el lugar para recolectar indicios.
Otro guarda
Cinco horas después del anterior crimen, en El Llano de Pococí fue ultimado Dagoberto Valverde Chavarría, de 50 años, otro vigilante privado de una urbanización.
De acuerdo con el OIJ, Valverde recibió un disparo en el pecho y otro en el cuello cuando realizaba una ronda. Al parecer, fue atacado por un grupo de hombres.
A pesar de que los homicidas robaron la bicicleta y dos cadenas de la víctima, el OIJ no establece el robo como móvil del asesinato, pues en la escena quedaron otros objetos de mucho valor.
Las pesquisas en torno a este caso caminan lentamente debido a la falta de testigos y pocas evidencias.