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Pese al mal papel cumplido por Costa Rica, siete futbolistas que asistieron al Mundial de Alemania 2006 fueron contratados este año en clubes extranjeros, una cifra ligeramente superior a la que se presentó en Italia 1990 (seis) y Corea y Japón 2002 (cinco).
"El equipo tico estuvo pésimo en el Mundial, pero a la hora de contratar, los representantes de clubes se fijaron más en las individualidades", aseguró el empresario de jugadores, Jorge Ulloa.
Los primeros en alistar maletas fueron tres mundialistas del Saprissa a clubes sin tradición: el volante Randall Azofeifa al Gent belga, y los goleadores Ronald Gómez al Apoel Nicosia chipriota y Álvaro Saborío al FC Sion suizo.
Se les unieron Paulo Wanchope con Rosario Central, un club de media tabla en la competitiva liga argentina, así como el defensor manudo Luis Marín, con el desconocido Maccabi Netanya israelí.
Igual se enroló otro mundialista morado, Cristian Bolaños, en el Charlton Athletic inglés, por medio de un préstamo de un año.
Sin embargo, el Ministerio del Interior británico rechazó la solicitud de trabajo al volante, al no completar el 75 por ciento de los juegos con la Sele en los últimos dos años.
Sin perder su interés, el Charlton lo cedió al Saprissa y lo enviará en diciembre al Germinal belga, mientras completa la cifra de juegos requerida con la Tricolor, para ingresar a la Liga Premier inglesa.
El último mundialista contratado fue el defensor Gilberto Martínez, quien el 31 de agosto pasó del modesto Brescia a uno de los “grandes” del calcio y claro aspirante al título, el AS Roma, a través de un préstamo de una temporada, con la opción a ser adquirido por los capitalinos al finalizar la cesión.
Otras figuras “saltaron” al exterior sin haber sido convocados al Mundial, como Bryan Ruiz en el Gent belga y Winston Parks en el Slovan Liberec checo, además de Pablo Chinchilla y Froylán Ledezma con el Altach austríaco.
“Los clubes europeos saben poco del futbol costarricense. No creen que el nivel sea bueno. Me tomó nueve meses encontrar uno que quisiera fichar a Gilberto Martínez y eso que en el 2002 era claramente el mejor jugador tico”, recordó Jan Schiefloe, agente de la FIFA de la firma Pro Player Management.
Aumento. La cantidad de ticos en el exterior creció de una temporada a otra, pues al registrarse 72 profesionales en 23 distintos países, se dio el número de legionarios ticos más alto desde que el diario La Nación comenzó su censo anual en 1995.
Esta cantidad se divide en 68 jugadores y cuatro técnicos y auxiliares, quienes aparecen en el registro de pases internacionales enviados por la Fedefutbol en el último año.
La elevada cifra de foráneos ticos contrasta con el mal momento del futbol nacional. A las tres derrotas seguidas de la Tricolor en Alemania, se une que los principales clubes del país, Alajuelense y Saprissa, fueron eliminados de la Uncaf y, por siguiente, de la Concacaf.
Pero a otros les tocó volver al país con las manos vacías. William Sunsing y Berny Peña descendieron con el Akratitos griego y lo demandarán ante FIFA por incumplirles el contrato y tener dos meses de atrasos salariales: 17.400 euros (¢11,4 millones) a Sunsing y 16.400 euros (¢10,7 millones) a Peña.
A Sunsing lo desalojaron del apartamento y lo deportaron de Grecia el 1° de mayo, pues ya se le había vencido la visa de trabajo.
En resumen, la llegada de siete mundialistas ticos a ligas foráneas fue circunstancial ante el mal papel en la Copa 2006, aunque sí mejoró la exportación de Italia 1990, con seis traspasos al extranjero, y la de la Copa 2002, cuando hubo cinco.
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