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Aunque algunos la llaman la "misa del burro", ayer el principal ausente en la celebración resultó ser el orejudo y bonachón animal.
Mecha, la burrita que cargó ayer pacientemente al Señor del Triunfo durante su recorrido correspondiente al Domingo de Ramos, desde el templo de San Francisco de Heredia, no quiso entrar a la parroquia de la Inmaculada, en el cantón central de esa provincia.
No hubo poder ni humano ni divino que la convenciera de atravesar la penumbra del templo.
La burra, simplemente, se plantó, dio media vuelta sin emitir un solo rebuzno de protesta, y se fue a dar vueltas al parque central.
Esta burrita es parte de una tradición mucho más que centenaria de los Domingos de Ramos, en Heredia.
Para esas fechas, cuando los creyentes católicos conmemoran en todo el mundo la entrada de Jesús a la ciudad de Jerusalén poco antes de su pasión, muerte y resurrección, los vecinos de varios barrios florenses alistan el prólogo de lo que será su Semana Mayor.
Ayer se celebró la tradición como hace muchos años. Tantos, que no hubo quién nos dijera cuántos.
Al tiempo que estas procesiones tomaban las calles, la policía judicial daba cuenta de las primeras siete víctimas mortales de la Semana Santa: cinco por accidentes de tránsito y dos por homicidios (información en Pág. 16-A).
Entre fervor y costumbre
Como si todos los Domingos de Ramos se pusieran de acuerdo, el de ayer abundó en viento y sol, coincidiendo con los pronósticos meteorológicos que mandan las lluvias hacia el Pacífico sur
El sol pegaba fuerte. Con él encima y con su Cristo de palo colonial sobre el lomo, Mecha se comportó durante la procesión como quien sabe que lleva una preciada carga.
Martha Bonilla Rojas, dueña del animal, contó que la burrita, de cuatro años, es la pareja de Chame, un burro 12 años mayor.
Ambos comparten el establo con dos yeguas, varias cabras de ordeño y un "montón" de gansos, en el barrio Santa Cecilia de San Joaquín de Flores.
Precedida por monaguillos y sacerdotes y flanqueada por la Banda Nacional de Heredia, Mecha inició su recorrido con la imagen del Señor del Triunfo a las 10 a. m.
Las campanas de la iglesia de piedra de San Francisco despidieron la procesión, como lo han hecho desde 1949, y como también lo hizo la antigua iglesia desde tiempos coloniales, según contó Porfirio Morales.
Que siga
Esta es una tradición que Rolando Morales no quiere que se pierda entre los vecinos de Heredia.
Él es uno de los que acompañaron a Mecha y al Cristo hasta su destino final.
Rolando lo ha hecho así desde niño, siguiendo una larga cadena genealógica liderada por su bisabuelo, Moisés Morales.
Ahora espera que continúen la tradición sus dos hijos, Rolando y Juan José.
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