Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Puerto Jiménez (Golfito). Un riachuelo o una quebrada bastan para generar la electricidad que requieren pequeñas comunidades rurales.
El sistema consiste en aprovechar caudales menores por gravedad y, mediante tecnología muy elemental, producir la energía que requiere un número reducido de viviendas.
Eso es lo que hacen 12 familias de la comunidad de Cerro de Oro, en Puerto Jiménez, Golfito, las cuales antes se dedicaban a la búsqueda de oro y ahora intentan desarrollar un proyecto turístico ecológico gracias a ese tipo de generación de electricidad.
Los miembros de la asociación CoopeUnioro aprovechan el caudal de la quebrada Terranosa mediante el sistema denominado microhidro para implementar un programa de turismo "sostenible y amigable" que hace las veces de estación biológica en 40 hectáreas de extensión.
Desde hace dos años este grupo de exoreros decidió integrarse a la iniciativa denominada Fortalecimiento de la Capacidad en Energía Renovable (FOCER), que desarrolla 21 proyectos en Centroamérica, Belice y Panamá, y se financia con recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial de las Naciones Unidas.
La inversión en el plan es de ¢2 millones. La asesoría técnica ha estado a cargo de la Oficina para Centroamérica de Biomass Users Network (BUN-CA).
La estación biológica tiene capacidad para albergar a 30 personas y en su mayoría los visitantes son estudiantes universitarios ticos y extranjeros que llegan a realizar estudios científicos.
"Existe la ventaja de que Costa Rica tiene gran cantidad de riachuelos", explicó Joost Siteur, oficial de proyectos de BUN-CA.
Este documento no posee notas.