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Seúl. La selección francesa de futbol cayó derrotada ante la Senegal (1-0) en el partido inaugural del Mundial 2002, en el que los actuales campeones del mundo echaron de menos a su estrella, Zinedine Zidane, ausente por lesión, y se vieron sorprendidos por el conjunto africano.
Francia cayó derrotada contra Senegal, víctima del síndrome de los partidos inaugurales, el mismo que afectó a Argentina en 1990 contra Camerún. Una derrota que agranda el mito de la dependencia de los "bleus" de Zidane y pone un bache en el camino de los galos para renovar el título.
Durante la semana los internacionales habían prometido ganar para dejar tiempo para que "Zizou" se recuperara, pero no hicieron los deberes.
El seleccionador, Roger Lemerre, no sorprendió a nadie con la alineación titular. Youri Djorkaeff sustituyó a Zidane y el resto del equipo es el ya conocido, con Thierry Henry en la banda izquierda y David Trezeguet como único punta.
Enfrente, una selección de atletas, de hombres con un gran poderío físico que presionaron en todo el campo, que estuvieron encima de los franceses y que fiaron su ataque a la habilidad de dos hombres, El Hadj Diouf y Jalilou Fadiga, dos futbolistas de gran potencia y refinada técnica.
A ellos dos solitos, porque Senegal no tiene mucho más, les valió para sacarle las vergüenzas a una defensa que se precia de ser una de las mejores del mundo. A una zaga que asombró al mundo por una solidez a prueba de bombas y que saltó por los aíres con dos jugadas plenas de talento, de fuerza y de calidad, con dos golpes que explosionaron el fortín galo.
Si hace unos meses la defensa francesa era un ejemplo de eficacia, ahora parece lenta, cansada, usada..., unos defectos que se notan más en Frank Leboeuf, que siempre fue más limitado, pero cuya honda expansiva afecta al incorruptible Marcel Desailly, que hoy no pareció ser el que era.
El partido empezó espeso, siguiendo un guión preestablecido. Senegal pegajosa. Francia con problemas para sacar el balón, sin conexión entre un centro del campo, pensado para destruir, y una delantera aislada, con Djorkaeff ausente, sin bandas ni imaginación, con todo el mundo mirando al banquillo donde, lesionado, estaba Zidane.
Sólo con balones largos, surgidos de los pies de los defensas, Trezeguet y Henry pudieron crear peligro. En el minuto 22, en una de las escasas buena jugada de Francia, el balón llegó en buenas condiciones a Henry, que centra al área donde Trezeguet saca un disparo colocado que se estrella en el palo de Sylva.
En el minuto 29, una buena jugada de Diouf por la banda izquierda, Lebouf se tiró demasiado rápido al suelo y fue superado por el delantero africano, que dio un pase de la muerte que Petit estrelló en el cuerpo del guardameta Barthez y Papa Bouba Diop aprovechó el rebote para marcar. Sorpresa general. Incredulidad.
A pesar de que quedaba mucho tiempo para el descanso, los "bleus" no fueron capaces de inquietar la portería de Senegal más que en jugadas a balón parado o disparos lejanos. Pocos recursos para una campeona del mundo que aspira a renovar el título.
Tuvo que irse al vestuario para que a Francia se le cambiara la cara. Y lo hizo profundamente. Toda la parsimonia del primer tiempo se transformó en dinamismo. Henry estuvo rápido y habilidoso, participó más en el juego, lo mismo que el resto del equipo, que en tres minutos creó más ocasiones que en 45.
Pero el balón no quiso entrar. Ni cuando una buena jugada de Thuram en el minuto 54 no encontró rematador en el área. Ni cuando dos minutos más tarde Henry se coló por la banda y mandó el balón fuera. Ni cuando Djorkaeff probó suerte desde fuera del área.
Francia estaba volcada al ataque pero se le resistía el gol. Lizarazu y Thuram ya no fueron más defensas, sino extremos, Henry un delantero centro y Dugarry, que sustituyó a Djorkaeff, le dio más mordiente al equipo.
Esa disposición obligó a los chicos de Lemerre a correr riesgos defensivos que a punto estuvieron de costarles un gol, cuando Fadiga robó un balón en el área, regateó a cuantos defensas vigilaban en la zaga francesa y se plantó sólo ante Barthez, aunque mandó el balón al larguero.
La buena jugada fue contestada por Henry dos minutos más tarde, al recibir un balón en la frontal y ponerlo en el travesaño africano de un bonito disparo colocado.
En ese instante pareció que Francia se apagó. Siguió intentando marcar, pero bajó en intensidad ofensiva.
En el minuto 64, Fadiga cogió el balón en el centro del campo y no dejó que ninguno de los defensas franceses se lo robara, hasta que, regate tras regate, se plantó en el área de Barthez y su fuerte disparo se estrelló en el larguero.
Los minutos finales sirvieron para que Francia siguiera atacando, Henry demostrando que esta noche tenía el punto de mira desviado y Senegal celebrara una victoria en su primer partido en un Mundial. Y para que los "bleus" se acordaran de Zidane, claro.
0 - Francia: Barthez; Lizarazu, Desailly, Leboeuf, Thuram; Petit Vieira, Djorkaeff (Dugarry, m.59), Wiltord (Cissé, m.80), Henry y Trezeguet.
1 - Senegal: Sylva; Coly, A. Cissé, Diatta, Daf; Diao, Bouba Diop, N'Diaye, Papa Diop; Fadiga y Diouf.
Goles: 0-1, m.29: Bouba Diop.
Arbitro: Ali Bujsaim (EAU), mostró cartulina amarilla al francés Petit y al senegalés Aliou Cissé.
Incidencias: Partido inaugural del Mundial de 2002 disputado en el Estadio de la Copa del Mundo de Seúl ante unos 60.000 espectadores. El partido estuvo precedido de la ceremonia de inauguración.
Edición periodística: Gerardo González y Juan Fernando Lara . Fuente: agencias.
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