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Sin resolución no hay inspectores

El secretario de Estado, Colin Powell, confrontado con el jefe de los inspectores de armas de la ONU, señaló ayer que la búsqueda de arsenales ocultos en Iraq no debe comenzar hasta que el Consejo de Seguridad adopte reglas nuevas y más severas sobre la materia.
En una imprevista conferencia de prensa, Powell dijo que el regreso de los inspectores a Iraq, tras una ausencia de cuatro años, corre el riesgo de sufrir un nuevo engaño por parte del presidente Sadam Husein.
El jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, llegó ayer en la mañana a un acuerdo con Iraq, durante un encuentro en Viena, para reanudar las inspecciones.
Powell, en una inusitada confrontación diplomática, declaró que Blix es un agente del Consejo de Seguridad y cumplirá con lo que este decida hacer.
Nuevas instrucciones
"Nuestra posición es que él debería recibir nuevas instrucciones en forma de una resolución", añadió el Secretario. Advirtió, además, que el Consejo de Seguridad adoptará su resolución sin negociar con Iraq.
En Viena, Blix manifestó que un equipo de inspectores de la ONU podría estar en Iraq en dos semanas, si obtiene el visto bueno del Consejo de Seguridad.
El convenio hace caso omiso a las exigencias de Washington para ingresar en los palacios de Husein, y tampoco contempla otras severas provisiones de una resolución propuesta conjuntamente por Estados Unidos y Gran Bretaña.
En referencia a los otros tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad –Francia, China y Rusia– que podrían vetar la resolución, Powell reconoció que otras naciones tienen un punto de vista distinto.
Sin embargo, insistió en que las inspecciones funcionarán solo mediante una resolución que presione a Iraq, advirtiéndole de las consecuencias si desafia al Consejo de Seguridad.

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