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Nadie sabe de dónde, pero al final del partido apareció un queque en forma de cancha de voleibol.
En el centro, dos candelas: un uno y un cero, cerraron el ciclo deportivo del sexteto de Zapote.
Todos juntos, jugadoras, exjugadoras, técnico y patrocinadores apagaron las velas.
Pero no apagaron sus sueños, todo lo contrario, marcaron el inicio para un nuevo capítulo en sus vidas y en sus carreras.
Xinia Alvarado, la única deportista que estuvo desde el comienzo del equipo, no pudo contener sus lágrimas al recordar los gratos momentos que ha vivido con el equipo de sus amores.
"No me retiro de las canchas. Hemos recibido propuestas de Desamparados, universidades y de Liga Deportiva Alajuelense, habrá que ver", comentó la veterana.
El técnico Braulio Godínez espera que este adiós sea un empuje para el voleibol nacional, al cual le falta competencia.
Igual fue el parecer de una de sus fundadoras, Ligia de Alvarado. “Quisimos ser un legado para que otros nos sigan y vean que las cosas se pueden hacer”, comentó.
Exjugadoras como Yorleni Alfaro también se acercaron ayer a Zapote.
“Jugué desde 1989 hasta 1999. Siento una gran emoción de ver a mis amigas en una etapa de éxito”, finalizó la vecina de Sarchí.
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