No hay duda de que hay belleza en un árbol, más si se trata de un grupo de 27 higuerones que, como los ubicados frente a Repretel, por muchos años nos obsequiaron sombra al paso por la General Cañas.
Desafortunadamente, las fuertes lluvias de noviembre pasado los castigaron con fuerza, provocando el desplome de uno de ellos sobre la vía, con claro riesgo para la seguridad de los usuarios.
Si bien no hubo daños o víctimas que lamentar, se necesitó un despliegue de bomberos, equipos, plataformas y hasta de un cargador de gran tamaño para retirar de la vía todo el material residual, y eso que fue solo uno de 27 árboles.
Dado el peligro inminente, como parte de los trabajos de conservación y con base en la recomendación de expertos forestales, incluido un regente contratado, se determinó realizar una poda progresiva, que tiene como fin último eliminar todos los árboles para, posteriormente, sustituirlos por otras especies que sean más controlables y que se integren al entorno, para embellecer de nuevo esa vía.
Esta poda tiene ya un 60% de avance y es desagradable a la vista, no porque no se haga con técnica, sino porque las enormes ramas se desgajan con solo iniciar el corte. Reitero, no fue una decisión grata, pero prevaleció el interés por garantizar la seguridad de los usuarios de la autopista General Cañas.