El pitazo largo del árbitro no marcó el final de la batalla. Al juego que empataron ayer Santa Ana y Limonense le siguió una lluvia de golpes lanzados por aficionados que invadieron la cancha del estadio de Río de Oro.
La bronca aconteció ayer, tras un reñido cotejo que arrancó a las 11 a. m.
El zaguero limonense Billy Flemmings y el mediocampista josefino Freddy Aguilar protagonizaron un enfrentamiento cuando ya se dirigían a ducharse en los vestidores.
El choque fue presenciado por un hermano de Aguilar, quien de inmediato saltó a la gramilla, secundado por varios aficionados, en su mayoría seguidores del equipo local.
Luego, durante unos 10 minutos, fanáticos y jugadores de ambos clubes se dieron de golpes en una acción que acabó únicamente cuando intervino la Fuerza Pública, que debió solicitar refuerzos para detener la magnitud de un pleito que superó a los oficiales destacados.
El presidente de Santa Ana, Roberto Blen, señaló que esperarán la decisión que tome el Comité Disciplinario para adoptar las medidas pertinentes.
Los limonenses empataron a 1 cuando se jugaban dos minutos del tiempo de reposición (92’), gracias a un penal que lanzó Ricardo Allen.
El primer gol lo había conseguido Mario Camacho, cuando anotó a los 60 minutos para los santanecos, quienes marchan en el último lugar (con 15 puntos) de la tabla de posiciones del grupo B.
Por su parte, con este resultado Limonense se logró mantener en el segundo puesto (con 40 unidades).
En Orotina
Mientras tanto, en otro de los cierres dramáticos de la jornada, Esparza le arrebató la victoria al Municipal Puntarenas, equipo que en cuatro minutos perdió una ventaja de dos goles.
Los porteños ganaban cómodamente, 2 a 0, cuando en los últimos minutos Esparza, que actuó como local en el estadio de Orotina, logró un par de anotaciones que dejaron las cifras definitivas, 2 a 2, durante un encuentro que se realizó el sábado pasado a la 1 p. m.
Aunque todavía ocupan el sótano del grupo A, los esparzanos (18 puntos) han logrado mejorar el rendimiento.