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Cura rechaza nexos con asesinato

En la declaración que rindió a las 4 p. m. del 27 de diciembre en la Fiscalía de Heredia, Mínor Calvo rechazó los cargos por su presunta participación en el asesinato del productor radiofónico Parmenio Medina.
El cura, recluido desde el domingo en el centro Gerardo Rodríguez del complejo penitenciario La Reforma, en San Rafael de Alajuela, negó haber planeado y financiado el homicidio junto con el empresario Omar Chaves.
"Yo no me puse de acuerdo para confabular en contra de Parmenio, nunca, jamás", sostuvo Calvo.
Aseguró que la primera vez que vio a John Gilberto Gutiérrez fue en un reportaje por televisión y que sabe el nombre debido a las noticias.
El conflicto
En la declaración, Calvo detalló el conflicto que tuvo con Parmenio Medina por los cuestionamientos que este hizo en el programa La Patada sobre los manejos económicos de Radio María.
Señaló que debido a las críticas, el entonces arzobispo de San José, monseñor Román Arrieta, y por sugerencia suya, mandó a hacer una auditoría externa y los resultados fueron positivos.
Declaró que Parmenio continuó las críticas y lo involucró en relaciones con un travesti en La Sabana.
Aseguró que estuvo a punto de demandar al productor radiofónico, pero monseñor Arrieta le dijo que “no convenía para la Iglesia...”.
Diálogo
Según Calvo, en los primeros días del 2001 Omar Chaves le habló sobre la necesidad de dialogar con Parmenio para evitar más cuestionamientos.
“Omar Chaves, a pesar que no había vínculo económico, se sentía cercano a mí y sobre todo a la obra pues él sentía que había puesto un gran ladrillo a la obra”, declaró.
Añadió que en abril del 2001 hubo una reunión en la casa de Omar Chaves con Parmenio Medina, con el propósito de buscar la conciliación, pero no se logró el propósito.
Destacó que a finales de abril monseñor Arrieta le comunicó la decisión de cerrar la emisora debido a tanto problema y que él aceptó por obediencia al obispo.
Dijo que recibió la noticia del asesinato mientras estaba en un retiro en una finca de Tarbaca, Aserrí.

  • POR Rónald Moya / rmoya@nacion.com
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