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Es la soledad del estratega. Tras la cocción del pensamiento, una mano mueve la pieza... Y en el tablero se comienza a perfilar la excelencia.
El ajedrecista Alejandro Ramírez es la mejor carta que mostró nuestro país al mundo en un año 2003 de pocas luces para el deporte nacional.
Se tambaleó durante eternos segundos, pero el rebelde pin número 10 se negó a caer. Entonces Marie Ramírez entendió que su batalla estaba perdida. ¡Pero no había de qué lamentarse!
Aunque cayó ajustadamente ante la canadiense Kerrie Ryan-Ciach, en la segunda semifinal del Campeonato Mundial de Boliche que se celebró en Tegucigalpa, al final la bolichista tica ocupó un honros´ísimo tercer lugar.
Alejandro y Marie, los dos Ramírez. Ajedrez y boliche, las disciplinas deportivas; el rigor, el fervor y la gloria.
Al voltear la última hoja del calendario, prima la sensación de que esta vez los deportes individuales se volvieron a imponer sobre los colectivos, sin olvidar, eso sí, la maravillosa gesta de los chicos y chicas en las Olimpíadas Especiales en Dublín, Irlanda.
Otros hechos, como el tetracampeonato que merecidamente obtuvo Liga Deportiva Alajuelense y la indiscutible campaña del Deportivo Saprissa, amo del torneo de Apertura y campeón de la UNCAF, sirven para rescatar, parcialmente, la consistencia del deporte coletivo, cuyo saldo, en general, pintó deficitario.
Ascenso y caída
Cuesta creerlo. La institución modelo del futbol, léase Liga Deportiva Alajuelense, levantó el cetro del tetracampeonato en junio y, paradójicamente, inició un retroceso paulatino que arrancó con la pésima negociación, por parte de la junta directiva, de la continuidad del técnico Jorge Luis Pinto, quien se caracterizó por su firmeza y don de mando. Su relevo, el peruano Juan Carlos Ciego Oblitas "no la vio" en el banquillo y la barca rojinegra entró en un naufragio del que la trata de salvar Jorge Mario Olguín.
El motociclista Edgardo Rojas y los arqueros Neighel Drummond (Alajuelense) y José Cruz (Ramonense), víctima de un asalto a mano armada, sufrieron, en distintas circunstancias, serios percances que los mantienen alejados de sus respectivas disciplinas deportivas.
El oscuro cuarto lugar que la Tricolor ocupó en la Copa de Oro fue la punta del iceberg de “un año de ensayos”, como lo reconoció Steve Sampson, al analizar la labor realizada hasta ahora y los retos que siguen, nada más y nada menos que la pelea por el boleto al Mundial 2006.
La “eterna” pospocisión de los Juegos Nacionales nos dejó con un palmo de narices, pues no se realizaron en el 2003.
Como se ve, un recuento deficitario de logros, algunos fracasos preocupantes y un signo de interrogación hacia el futuro. Pero, ¡ánimo!, que hoy comenzó el 2004.
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