Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Un expolicía con experiencia guerrillera en Nicaragua fue, para el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el más fuerte sospechoso de ser el psicópata.
El sujeto, conocido como Polanco , al parecer formó parte de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), grupo armado que combatió al sandinismo.
Ingresó a Costa Rica en setiembre de 1985 junto con tres guerrilleros: Mauricio , Gato y el Comandante Bravo .
En apariencia, su casa sirvió como "hospital" para guerrilleros del vecino país del norte.
Los hombres permanecieron juntos hasta mayo de 1986, un mes después de los homicidios de la cruz de Alajuelita, matanza que dejó siete mujeres muertas.
Por la forma como les dieron muerte –con un tiro de gracia–, las autoridades policiales sospechan que no fue un acto de delincuencia común.
Durante su paso por la Fuerza Pública, al sospechoso le asignaron una ametralladora M-3.
Posibilidad
Polanco estuvo en Costa Rica cuando ocurrieron los siguientes homicidios, pero salía en los días posteriores.
El último homicidio tuvo lugar el 26 de octubre de 1996.
Las víctimas se llamaban Ileana Álvarez Blandón y Mauricio Cordero López. El exguerrillero salió el 28 de diciembre hacia Nicaragua.
Caminaba por las noches por el “triángulo de la muerte”, zona donde ocurrieron los crímenes atribuidos al psicópata.
Además, utilizaba un paso montañoso para caminar de su casa, en Río Azul de La Unión, a Villas de Ayarco, Curridabat, donde habitan sus suegros.
En su casa, la Policía decomisó munición de la marca, año y calibre similar a los proyectiles usados por el psicópata.
Esas balas –con características tan específicas– son difíciles de conseguir en el mercado.
Los agentes también hallaron una boina y una chaqueta azul que parecieran coincidir con la descripción de dos testigos.
El hombre era de sangre “0” positivo, característica que “coincide con el resultado de los fluidos corporales obtenidos de las víctimas, detalla un informe de la Policía Judicial.
Agrega: “En el perfil criminal logrado (...) cumple a cabalidad con todos los puntos que se esperan probables en la persona del asesino en cuestión”.
Este documento no posee notas.