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Santa Cruz (Guanacaste). Durante cinco días de la semana pasada, la localidad de Flamingo –en el Pacífico– reunió a un centenar de prostitutas con 170 estadounidenses, entre quienes predominaban policías, bomberos y choferes de limosinas, así como obreros y millonarios de la ciudad de Detroit.
Dos equipos periodísticos (uno de la cadena estadounidense de televisión ABC Detroit y otro de La Nación ) fueron testigos del ingreso de las mujeres al hotel donde se hospedaron los turistas,
Muchas de ellas se hicieron acompañar por sus proxenetas (explotadoras) y estas, a su vez, se encargaron de la promoción.
Los extranjeros llegaron en un vuelo chárter que aterrizó, el 28 de abril, en el aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia.
Los 170 estadounidenses se inscribieron en un torneo de pesca denominado Michigan boys , actividad que se celebra en Guanacaste desde hace 11 años.
Paralelamente a la competencia, las redes de proxenetas hallaron un lucrativo negocio.
"Este es el primer caso en que logramos documentar turismo sexual en grupos masivos, aunque hemos escuchado de otros grupos, de 30 ó 40 personas, que investigamos", dijo Bruce Harris, director de la organización no gubernamental Casa Alianza.
Algunas jóvenes dijeron haber pagado a una organización entre $200 (¢86.300) y $300 (¢129.300) por el derecho a ingresar hasta la concentración de turistas en el hotel Flamingo Marina Resort.
Cuota de inscripción
Una de ellas, de 32 años, llegó desde una localidad al este de San José y dijo haber pagado $200 por el acceso a los turistas.
“Vine sola, pero muchas llegaron con sus jefas. Yo trabajo por mi cuenta”, relató.
El gerente del hotel donde se alojaron los estadounidenses, Steen Oldenburg, rechazó cualquier nexo del establecimiento con las prostitutas.
“Nosotros alquilamos las instalaciones (a los Michigan boys ). Ellos entregaron una lista con los nombres de sus invitadas; todas mayores de edad. No se quién las trajo ni quién hizo la lista”, aseveró Oldenburg.
Para el ingreso, las mujeres presentaron pasaporte o cédula, según el gerente.
Tom, uno de los Michigan boys , dijo haber venido por la pesca, la fiesta y las mujeres, “aunque ellas no están incluidas (en la tarifa de inscripción)”.
Las jóvenes se hospedaron en hoteles cercanos y las que estaban en la lista (unas 73) recibieron un distintivo.
“Aquí no entra cualquiera; solo con el carné o el brazalete. La coordinadora dice si pasan o no”, manifestó un guarda del Flamingo Marina Resort.
La mujer, apostada a la entrada, rechazó a aquellas que, por no estar en la lista, no era “amigas” de los Michigan boys.
Las mujeres comenzaron a llegar desde el lunes pasado a Flamingo. Se movilizaron en microbuses o en carros, con sus representantes. La mayor parte de ellas provenía de San José.
En otros sitios
Quienes no pagaron la cuota utilizaron los bares de la zona como sitios de encuentro.
Una de las proxenetas llevó a Flamingo a dos jóvenes de 22 y 24 años, a quienes presentó como hermanas. Se hospedaron en playa Brasilito, a pocos kilómetros del hotel de los Michigan boys.
La mujer, una rubia de cuerpo escultural, se encargó de promocionar a sus representadas .
Necesitaba recuperar su inversión de $600 (¢258.600) por concepto de inscripción, así como el hospedaje, pero eso no fue problema porque cada encuentro les dejó entre $100 y $300.
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