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Manos olímpicas

Alexis Chacón fue el masajista en las dos incursiones olímpicas de principios de los 80. Y como en aquella época los cuerpos técnicos eran más pequeños, también tenía que hacer las veces de utilero.
Pero quizás la misión más difícil de Peluca (como se le conoce) fue despertar a dos jugadores ticos antes del viaje a Moscú.
Chacón se había hospedado en el hotel Central de San José, junto a diez futbolistas. "Tal vez por la emoción del viaje, unos jugadores se pegaron una fiesta tremenda. Al otro día hubo dos que no querían levantarse, les insistí mucho pero no se despertaban.
“Entonces decidí que era mejor que me fuera con los otros ocho, porque si no la delegación hubiera quedado muy incompleta. La sorpresa fue que los otros jugadores llegaron, incluso uno se subió al avión cuando faltaban pocos minutos", relató el masajista.

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