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Tras varias semanas de intentar una entrevista, ayer, los periodistas tuvieron que conformarse con escuchar al contralor Álex Solís leer una declaración.
Después no atendió ninguna consulta y se retiró del salón.
Pero esto no extrañó a los comunicadores, porque ha sido la tónica del nuevo Contralor desde que asumió el cargo el 8 de junio anterior.
La única ocasión en que atendió a los medios de comunicación fue el 9 de junio. Ese día reconoció que hizo la firma de su hermano, Ottón, en un documento legal.
Después vino el silencio. Precisamente, en su libro Reyes sin corona (junio del 2002) Solís escribió que "los medios de comunicación asumen una función de control de los gobernantes y los servidores públicos".
“Sólo existe libertad de prensa donde hay democracia y solo existe democracia donde existen los controles del ejercicio del poder político”, escribió Solís.
Ayer dijo que optó por no hablar con la prensa para no interferir con el trabajo del grupo legislativo que investiga su caso.
Alegó estar manteniendo “un silencio respetuoso”.
Durante las últimas tres semanas, los periodistas han visitado la casa del Contralor en Rohrmoser, lo han llamado a su oficina, a su celular y a su casa de habitación y le han enviado correos electrónicos. Pero no obtuvieron respuestas.
“Se nos dice que no se va a referir a los cuestionamientos porque hay una comisión investigando”, aseguró el codirector de Telenoticias, Ignacio Santos.
Édgar Fonseca, director de Al Día , dijo que hace dos semanas le enviaron al Contralor un cuestionario con 33 preguntas y que están esperando la respuesta.
El subdirector de Repretel, Rubén Rodríguez, contó que ellos, incluso, han estado en la casa de Solís desde las 6 a. m., pero se negó a hablarles.
El martes en la noche, Solís solo dijo “descártelo”, por la vía telefónica, cuando La Nación le consultó sobre una eventual renuncia.
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