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El Protocolo de Kioto, que Rusia se comprometió a ratificar ayer, es considerado como el más apremiante de los cerca de 200 acuerdos sobre ambiente de la ONU, pero su eficacia continuará siendo limitada tras ser rechazado por Estados Unidos, el primer contaminador mundial.
El acuerdo internacional podrá entrar en vigor a más de seis años de su adopción, en diciembre de 1997. La luz verde rusa era indispensable luego de la defección de Estados Unidos en 2001, ya que las reglas de ratificación benefician a los grandes contaminadores.
Kioto pide a los países industrializados reducir sus emisiones de seis gases, como el CO2, que calientan la atmósfera a raíz de su larga vida.
Actividad humana
Esos gases son emitidos masivamente por todas las actividades humanas en las que se utilizan fuentes de energía fósiles: carbón, petróleo y gas, y aumentan inevitablemente con el crecimiento económico, incluso si se hace todo lo posible para reducir esta relación.
Su reducción implica no solo a la industria, sino también a los transportes y a toda persona que recurre al fuel como calefacción, utiliza su vehículo o viaja en avión. Implica además cambios considerables en el modo de vida y en la tecnología: ahorro de energía, energía renovable y "vehículos ecológicos" son cuestiones prioritarias.
La reducción global exigida para el 2010 a 38 países industrializados, un 5,2%, parece débil. Pero la base de comparación es 1990 y, entre tanto, algunos países como Estados Unidos y Canadá ya aumentaron sus emisiones en 13%.
Para Estados Unidos, que rechazó Kioto por considerarlo como demasiado apremiante, respetar el protocolo hubiera significado una reducción efectiva de emisiones del 35,7% para el 2010, con respecto a 1990, indicó en diciembre pasado el negociador norteamericao Harlan Watson.
Alcance reducido
Pero sin este país, que emite un cuarto del CO2 del planeta, y sin los países en vías de desarrollo que emiten el 40% y no tienen obligaciones según el protocolo, Kioto tendrá un alcance reducido. Solo debería provocar una reducción mundial de gases de efecto invernadero del 3%.
La ONU recordó ayer que Kioto solo era un primer paso en la lucha contra los cambios climáticos.
Es que el CO2 y otros gases ya acumulados en la atmósfera van a calentar el planeta en una media de dos grados para el 2010, según científicos de la ONU.
Esto subirá el riesgo en frecuencia e intensidad de ciclones, canículas, inundaciones y otros cataclismos.
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