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No es que quieran el cierre de La Guácima, pero los vecinos del autódromo pretenden que las autoridades gubernamentales y los organizadores de carreras logren corregir los problemas que el ruido genera a sus hogares.
Clara Cambronero, vecina que ha denunciado en repetidas ocasiones la contaminación sonora, solicita regulaciones inmediatas.
"No me interesa que lo cierren, pero sí quiero que se haga algo al respecto. No podemos tomar una siesta ni leer porque casi todos los días tenemos ruido de vehículos", comentó Cambronero.
La denunciante considera que los días más molestos son los lunes por la noche, con los piques.
De igual forma habló Napoleón Vargas, presidente de la Asociación de Desarrollo.
“Aparte del ruido, los lunes no podemos salir a la calle principal porque hay quienes pasan borrachos y a grandes velocidades.
“No busco problemas con la gente de la pista, sé que la pista da trabajos y es importante para la comunidad”, dijo Vargas.
Tanto Cambronero como Vargas tienen más de 30 años de vivir a la par del autódromo, que fue inaugurado el 14 de julio de 1974.
“Antes no teníamos problemas porque habían menos carreras, pero ahora se han intensificado. Como dije antes, es cuestión de sentarse a buscar una salida”, agregó el dirigente comunal.
Las polleras
Para Mayela López, el problema de La Guácima se presenta los lunes, después de los piques.
“En 15 años de vivir acá el sonido no es problema. Lo que me asusta es cuando algunos salen a toda velocidad”, señaló López.
Ericka Medina apoyó a López y consideró que lo más difícil de vivir en ese lugar es convivir con los olores y las moscas que provocan las polleras frente a su casa.
“De la pista no me quejo, pero el mal olor es imposible”, manifestó Medina.
Ante la queja sobre los piques, Gustavo Pacheco, gerente de Promotor Sport –ente que administra el circuito– respondió que no se pueden dejar de realizar.
“Los piques en La Guácima son un servicio al país, ya que evitan accidentes en las calles públicas. Para evitar el ruido hemos decidido ponerle silenciadores a los vehículos”, explicó Pacheco.
Para la educadora Olga Muñoz la búsqueda de un acuerdo es la mejor salida, ya que el autódromo también los beneficia.
“Ellos (Promotor Sport) colaboran con la escuela y a veces prestan las instalaciones. Lo del ruido es molesto, pero la pista también nos ha dado a conocer al país”.
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