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La Lima (Cartago). Con Mark, su hijo menor, en los brazos, Adrián Robert confirmó aquella declaración dada a La Nación en noviembre del año anterior.
"Quiero llegar a los 40 títulos, tengo 39, y si Dios quiere el próximo año podría alcanzarlo, aunque la lucha será fuerte", dijo el piloto mientras abrazaba al pequeño.
Lleno de alegría, barro y sudor, Robert Bonilla recibió las felicitaciones de familiares, amigos y extraños, quienes querían hacer suyas las victorias recién obtenidas.
“No fue fácil, es cierto que me gusta el barro y tengo cierta habilidad para correr en él, pero también es cierto que cuando la pista se pone así la suerte toma un papel importante”, expresó Robert.
Con 38 años, Adrián es un fenómeno del motocross, ya que sigue ganando a quienes ni siquiera habían nacido cuando él ya corría.
La historia del multicampeón dice que empezó a competir hace 27 años, cuando Arturo Pity Robert, su hermano, era una de las estrellas del momento.
Bajo la sombra de Pity Robert se metió al motocross, hasta convertirse en el ídolo que acuña seguidores de todas las edades, dentro y fuera de las pistas.
No es raro entrevistar a cualquier corredor de motocross y escucharle decir que entró a este deporte porque quería ser como Adrián Robert.
Jóvenes como Ernesto Lobito Fonseca, Edgardo Rojas, Alex Víquez, Michael Portuguez, Cristian León, Rafael Guillén, Johan Mora, Alejandro Rojas y muchos otros reconocen en Adrián al estandarte del motocross costarricense.
“Creo que mi secreto está en la preparación y en cómo me he cuidado durante todo este tiempo”.
La grandeza de Adrián se resume en 39 títulos nacionales y 15 obtenidos en Latinoamérica.
Las carreras
Sobre la competencia de ayer, Adrián expresó que fue planeada para no desgastarse en los 125, y darlo todo en los 250 cc.
“Quedé tercero y sexto en los dos heats de 125, pero eso no importaba, ya que solo debía cuidar la ventaja para quedar campeón. En los 250 era otra cosa, porque Michael anda en muy nivel y tenía que ganarle”, agregó.
Para Robert lo más difícil no fue el inclemente barrial, sino luchar contra la presión y los nervios durante las competencias.
“Cuando faltaba una vuelta decía dentro de mí que debía tener cuidado, pero que ya estaba por terminar. Aunque uno tenga experiencia siempre hay ansias que se deben manejar”.
Sobre el futuro próximo, el piloto anunció que ya está en camino la motocicleta Suzuki de cuatro tiempos con la que correrá le temporada venidera en los 250 cc.
En el apartado de los 125 cc Robert escribió ayer su último capítulo con la corona número 16.
“Ya en los 125 cc no me siento motivado, mientras que en 250 puedo dar más. A partir de la próxima semana voy a comenzar la pretemporada del siguiente año”.
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