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Anabelle Sevilla Ulloa se gana la vida como estilista y como vendedora de libros en una céntrica librería de San José.
Tiene 38 años de edad y es la madre de dos hijos de 17 y 14 años. Ella vive con sus padres en Guadalupe de Goicoechea y allí mismo tiene el salón de belleza en donde recibe a su clientela.
Hace casi tres años, una amiga la presentó a un colombiano llamado Martín.
Aquella amiga era en ese momento la novia de él, quien se hallaba ilegal en Costa Rica y estaba en riesgo de ser deportado junto con varios compatriotas indocumentados.
La única salida que encontró Martín para evitar la deportación fue que alguna mujer costarricense se casara con él y de esa manera obtener el derecho a la residencia permanente en nuestro país.
Para ese entonces y hasta hoy el colombiano se dedicaba a la venta de perfumería y de ropa interior por medio de catálogo.
Y la única persona que encontró dispuesta a casarse con él fue a la estilista.
Ella, por su parte, no dudó en darle "el sí".
La novia como testigo
El matrimonio civil entre Anabelle y Martín se realizó el 4 de junio del 2002. Precisamente la entonces novia de Martín figuró como testigo de la boda.
"Al principio mi amiga tenía el temor de que yo me enamorara de él, pero yo le dije que no se preocupara porque yo tenía muy claro que era un matrimonio arreglado para ayudarlo a él", comentó Sevilla en una entrevista con La Nación.
Recordó que se sintió un poco incómoda cuando el abogado (cuyo nombre no precisó), le pidió a la pareja que se besaran.
"Yo le respondí: 'el beso se lo doy después', porque yo no sentía nada por él, mi interés no era empezar una vida seria con él".
Cuando se le preguntó si recibió algún dinero a cambio del matrimonio, con voz firme respondió: "Yo no me presto para eso".
Según Sevilla, el colombiano pagó todos los gastos del matrimonio.
La estilista dijo que espera divorciarse en unos dos años pues es un poco incómodo estar casada de esa manera.
"La verdad es que lo hice por pura amistad; Martín pagó todos los gastos y me casé con él solo por ayudarlo para que no lo deportaran; ahora lo veo de vez en cuando, siempre seguimos siendo solo amigos y yo deseo que una vez que nos divorciemos él encuentre una buena muchacha con la que comparta su vida", manifestó.
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